Draco Malfoy y tú #30

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Narra ____

Ya había pasado una semana desde que terminó el curso. Hechaba de menos con toda mi alma al rubio platinado que me había robado el corazón. Todos los días hablabamos por cartas. Él me había dicho que fue de vacaciones con su familia a Australia, porque al parecer su padre tenía un "asuntillo" ahí. Me dió algo de miedo la razón por la que viajaron. No quería imaginar que Draco fuera algún día como él, un asesino sin piedad. Yo sabía que no era así, pero entiendo que no pueda renunciar a su apellido.
Mis abuelos decidieron que por mis magníficas notas me iban a hacer un regalo, yo les había dicho que no hacía falta pero ellos insistieron en que me lo merecía, así que esa misma tarde ibamos a ir a comprarlo.

(...)

Nos encontrabamos en una tienda que tenía de todo, desde comida hasta patinetes y bicicletas. Como no sabía que quería decidimos separarnos para buscar algo y encontrarnos en media hora en la sección de cosmetica de la tienda.
El tiempo pasaba muy lento y me empezaba a aburrir, realmente no necesitaba nada. Fui por la sección infantil y ví a un niño con su madre:
-¡Mamá! ¡Mira que bonitos esos animalitos!- dijo el niño corriendo hacia ellos.

Flashback

-¡Abuelo, abuelo! Mira que búho más bonito- decía mientras arrastraba de la manga a su abuelo.
Llegaron a la estantería, lo cogió en brazos y lo achuchó.
-¿Podemos llevarnoslo? Seguro que no quiere estar aquí aburrido, ¿verdad que no buhíto?- dijo la niña abrazando al peluche. Su abuelo rió y dijo:
-Claro cariño, llevémoslo a casa, seguro que a tu abuela le va a encantar estar en compañía de un búho tan bonito- la niña empezó a dar saltitos de felicidad.
-¡¡BIEEENN!! ¿Has oído eso? ¡Vas a venir a mi casa!-
En todo el camino la niña no paró de contarle historias al búho.
-Seguro que la abuela te va a caer muy bien, aunque a veces me regaña porque no me quiero bañar, ¡pero ella no entiende que es mucho más divertido estar en el barro!-

Fin del Flashback

Se me escaparon algunas lágrimas al recordar eso, seguí contemplando la conversación entre la madre y su hijo:
Su madre se arodilló hasta quedar a su altura y dijo:
-Cariño, sabes que no tengo suficiente dinero para comprarte eso...- ví como se le escapaba una lágrima al decirlo, pero el niño simplemente lo dejó en su sitio y asintió diciendo:
-No pasa nada mami- Se me rompió el alma.
Entonces recordé que tenía guardados un par de euros en la chaqueta, pasé al lado de su madre y le susurré:
-Toma, cómprale el que más le guste- y le dí el dinero.
Me alejé y desde otra estantería observé la reacción del niño.
-Bueno cariño, creo que si puedo comprarte uno, ¿cuál quieres?- en su cara se notaba una chispa de emoción.
-La ranita- dijo él radiante de felicidad.
-Bien, cógela y vamos a pagarla-
-¡Graciassssss!- dijo abrazando a su madre y a su nuevo peluche. Yo me emocioné al ver eso. Cuando iban a irse la madre se giró y me dedicó una honesta sonrisa que yo le devolví.
La niñez es lo más bonito que tendremos, y se me ha pasado tan rápido...
Me dí la vuelta y seguí viendo juguetes y más juguetes, hasta que algo me llamó la atención. Me acerqué y pude ver un escaparate lleno de cuentos de princesas, lo que me recordó a Draco. Se me escapó una pequeña lagrima, y como supuse que iba a empezar a llorar si no me iba de ahí ahora mismo, lo dejé en su sitio y me dirigí a la sección de cosmética a encontrarme con mis abuelos.
-¡Cariño! Mira lo que te hemos comprado, creemos que te vendrá bien para hablarnos cuando estés en Hogwarts- me dieron una bolsa y dentro pude ver un teléfono. Me hizo mucha ilusión, así que me tiré a sus brazos
-Muchas gracias abuelos, no tendríais por qué-
-No nos lo agradezcas caramelito- dijo mi abuelo.

(...)

Ya fuera del centro comercial una abuelita se acercó a mí:
-Todos deberíamos recibir lo que damos- dijo dándome una bolsa. Me asusté un poco, pero la abrí curiosamente y me encontré con un peluche de una ranita, como la que le compré al niño, junto con un cuento, precisamente el de "La bella y la bestia". Los ojos se me cristalizaron, era increíble lo que un simple detalle puede hacer sentir. Le dí un gran abrazo a la señora y le dije:
-Muchas gracias.

Mi princesa SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora