Mi princesa Slytherin

Draco Malfoy y tú #37

Yo me quedé paralizada, no me esperaba que fuera a decirme eso, fue algo muy espontáneo.
-Sé que no es de la forma más romántica, pero es que odio los clichés de restaurantes y todo eso, pero si prefieres que te lleve a un restaurante yo te llevo, me da igual, iremos al mas caro de to...- Estaba hablando muy rápido y se notaba que estaba nervioso, así que no lo dejé terminar y junté nuestros labios en un beso. Los suyos sabían a chocolate y harina. Poco a poco nos fuimos separando y le dije:
-Realmente nunca dejé de ser tu novia Draco Malfoy- sonreí como no había hecho desde hacía un tiempo.

Flashback

Los abuelos de ___ habían llegado en su busca, lo que significaba que ya no vería más a Draco ni a Narcissa.
-____- dijo Draco sujetando su mano -volveremos a estar juntos, te lo prometo-
-¿Lo prometes por el pinki-meñique?- le preguntó ella con algunas lágrimas en los ojos.
-Pinki-promesa- respondió él uniendo sus meñiques.
-¿Puedo darte el último besito?- dijo ella algo tímida.
-Chi- ella juntó sus labios en un tímido beso, colocando sus pequeñas manitas en su cara.
-Te quiero mucho ____-
-Yo también Draco-

Fin flashback

-¿Piidi dirti il iltimi bisiti?- dijo imitándome
-¡Oye!- le dí un leve empujón y los dos reímos.
-Entonces... ¿me tomo eso como un sí?- dijo
-Claro Draquito- sabía que odiaba que le llamara así, por eso me encantaba, pero en ese momento no le importó tanto.
-¿E-En serio?- dijo incrédulo.
-En serio- dije y seguido esto me abrazó con muchísima fuerza.
-GRACIAS, GRACIAS, ¡GRACIAS! Me acabas de hacer el chico más feliz del mundo- tenía un brillo especial en los ojos, nunca se lo habia visto. Me encantaba verle así.
-¿Y que hay de tu padre?- le pregunté algo asustada. Noté como se tensó.
-¿Recuerdas lo que me dijo mi madre en la enfermería aquel día en el que nos habíamos quedado encerrados? Dijo que siguiera mis sentimientos, y que ni él ni nadie podría cambiar lo que siento hacia una persona. Yo pensaba que eso era una estupidez, ya que mis sentimientos no tienen pies para que los siga- reímos -pero hace poco entendí todo eso, y si mi padre no me quiere ver más, que así sea, pero no me pienso separar de ti nunca- unió nuestras manos entrelazando nuestros dedos, luego me quitó una lágrima que se deslizaba por mi mejilla y dijo:
-¡Bueno creo que tenemos unas galletas que hornear!- con mucha alegría
-Y una ducha que darnos- le miré de arriba a abajo, estaba lleno de ingredientes de las galletas.
-Cierto- rió.

(...)

Más tarde ya estabamos bañados y vestidos, con las galletas ya horneadas. Decidimos darles una sorpresa a Narcissa y mi abuelita y así aprovechar para contarles lo nuestro.
Cuando llegaron se pusieron muy contentas por nosotras. Narcissa no paraba de saltar y gritar que siempre lo supo por toda la casa. Y a mi abuela no le cabía la felicidad en el pecho, ya hechaba de menos verla así, nos daba muchos abrazos, uno detrás del otro.
-Ojala pudieras ver esto abuelito- susurré mirando hacia la ventana. Draco me escuchó y limpió la débil lágrima que se deslizaba por mi mejilla y me abrazó.
Realmente lo que queda de este verano será increíble.