Mi princesa Slytherin

Draco Malfoy y tú #33

Mi habitación era con tonos pasteles, el rosa, amarillo y azul reinaban entre ellos. Había una enorme cama, a su lado varias cómodas y un escritorio. También había un tocador y un gran espejo de cuerpo entero. Pero lo que me hipnotizó fue un gran ventanal que había al final del cuarto. Era un sitio perfecto para sentarse y leer, o simplemente admirar los pájaros cantar.
Dejé mi equipaje a un lado y me tiré en la cama. Era muy suave y blandita, y tenía esa fragancia que tanto me gustaba de Draco...
Sacudí la cabeza para olvidarme de esos pensamientos y decidí ponerme el pijama para dormirme ya. El viaje había sido muy largo así que Draco y yo estamos agotados.
Una vez ya estaba preparada para hibernar como por un año un ruido muy fuerte hizo que me asustara. Un rayo. Empezó a llover muchísimo y los ruidos se repetían, una y otra vez.
De pequeña odiaba las tormentas eléctricas, me asustaban mucho, asi que en días como este mis abuelitos y yo nos quedabamos todos juntos en el sofá acurrucados a dormir. Pero esta iba a ser la primera vez que no les tuviera aquí. Pensar en eso me dió nostalgia y algunas lágrimas amenazaron con salir, pero me obligué a ser valiente y enfrentarme a mi miedo.
Me tumbé en la cama y todo iba bastante bien, los rayos habían parado y la lluvia estaba disminuyendo... o eso creía. Cuando ya estaba apunto dormirme un rayo atravesó el cielo, pero el ruido que este dejó fue mucho mayor que los otros anteriores, y me desalé.
Salí de mi cuarto en un acto reflejo, pero una vez fuera no sabía que hacer. El pasillo estaba desierto y en la casa no se escuchaba nada, realmente esto daba más miedo.
Miré hacia la puerta del dormitorio de Draco y no me lo pensé dos veces. Entré y lo ví durmiendo como un angelito, me dió algo de lástima tener que despertarlo.
-Draco... Draco despierta- susurro. Él se remueve en las sábanas y hace caso omiso a mis palabras.
-Oh por dios, ¡Draco!- ahogo un susurro, ya que recuerdo que todos estan dormidos. Veo como poco a poco va abriendo esos ojos grises tan profundos y al verme sonrie atontado
-¿____? ¿Qué haces aquí?- dice frotándose lo ojos. Se me salió el corazón del pecho, era realmente muy lindo cuando hacía eso.
-Emm... verás te sonará patético pero le tengo miedo a las tormentas eléctricas...
-No eres patética, y tranquila, puedes dormir conmigo si quieres... no sería la primera vez- me guiña un ojo con mirada traviesa, y yo lo doy un suave golpe en el hombro.
-Gracias...- me acomodo a su lado y los dos nos miramos a los ojos. De repente otro rayo cayó y del susto ne aferré a él con mucha fuerza.
-Per-perdón...- digo avergonzada separándome.
-Tranquila- ríe -Hechaba de menos sentir el aroma de tu pelo- dice sonrojandose, yo le sonrío -Ven aquí- me acuesto a su lado apoyándome en su pecho y él me rodea la cintura. Creo que me podría acostumbrar a calmar mis miedos de esta manera.

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