"Cartas para una flor." Fragmento 3.
Somos animales de costumbres, por lo que no es de extrañar que el echarte de menos se me haya hecho una. Así que déjame abreviar todo lo que voy a explicar ahora... Echarte de menos se me ha hecho costumbre, pensarte sigue presente cada noche.
He dejado de escribirte, tú has dejado de contestar. Flor 400.000 - Yo 1. Un marcador muy igualado ¿no crees? Te diría que fue difícil hacerlo, pero en realidad no lo fue. Aunque cuando me dí cuenta de lo que estaba pasando, de lo que hacía, o mejor dicho de lo que ya no hacía, se me hizo muy raro, como si me hubiera estado olvidando de regar una pequeña rosa porque esta ya no lloraba por agua, no por mi agua. Pero no se me hizo raro el hecho de no mandarte un estúpido mensaje que jamás leerías, sino el hecho de no hacerlo aún pensándote, aún echándote de menos.
Aquella sensación me dio nostalgia, no puedo negar que con cada día que pasaba me sentía peor, quería llorar todas las noches, pero no volví a escribirte. Lo que sí hice fue leer nuestras conversaciones en un intento de cesar mi desesperación por necesitar tu atención, tus manos, tus brazos, por necesitarte, mientras que intentaba para aquel mar de lágrimas en el que estaba sumida.
En esas conversaciones no eras esa flor fría de invierno que pareces en persona. Aunque a veces dabas algunas contestaciones que podían cortar sin necesitar un cuchillo. No contestabas muy seguido, bueno, no lo hacías si estabas con gente, pero cuando la flor se quedaba sola por la noche no había quien pudiera escribir, y no me importaba, me hacía feliz ese simple detalle.
Si tan solo me hubiese dado cuenta de que para ti solo era un juguete para entretenerte cuando nadie te hacía caso...
En uno de mis últimos mensajes te decía que estaba cansada de esta situación, de que en persona no pudiera hablarte como lo hacía por mensaje, no poder acercarme a ti demasiado porque sino la gente habla mucho, y claro, siempre había alguien más importante de lo que yo jamás he llegado a ser para ti.
Pero esta carta no es para decir todo lo que te odio, porque me has dado ganas de seguir para delante más veces de las que puedo contar, me has hecho sentirme especial con muy poco, pero lo sabías y eso en mi cabeza es que te preocupas por mí. Por eso me duele el no poder verte, el no poder tocarte...
Estoy cansada de esa situación, pero a veces desearía poder regresar a ese tiempo donde eramos felices.
Ojala y pudieras aceptar el agua que te ofrezco, pero has decidido aceptar la de alguien más que estoy segura te quiere y te hace feliz.
Y ¿sabes qué? Algún día yo también conseguiré ser feliz, porque creo que me lo merezco.
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Cartas para él.
РазноеEste libro no es un diario, no es una novela, simplemente son cartas que me gustaría dedicar a muchas personas, no necesariamente a ex novios o chicos que me han gustado o me gustan, sino que pueden ir dedicadas a mi padre, a mi hermano, a mi primo...