Carta número 13.

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Estoy segura de que esto nos ha pasado a todos los que estamos leyendo esto, por eso, esta carta va dedicada a todos vosotros. 

Llega un momento en tu vida en el que te tienes que hacer responsable de tus actos, pero cuando esas consecuencias son malas nos negamos a ver la otra cara de la moneda, y eso es exactamente lo que me está pasando a mi. El miedo al rechazo ahora se ha hecho más real que nunca ¿Por qué? Muy sencillo, porque unos simples números me niegan dar el siguiente paso. Agradezco de corazón que todos a mi alrededor intenten animarme, pero sinceramente no tengo ganas de seguir con esto. 

¿Qué se puede hacer cuando has perdido las ganas de seguir adelante? Ha llegado un punto en el que me replanteo hasta si realmente tengo los ojos color café oscuro, si mido 1'60 y si tengo de verdad 18 años, porque todo lo que pensaba que podría conseguir ha resultado ser un completo no con letras en mayúscula. Mi mejor amiga me ha dicho una frase que siempre había leído pero nunca me habían dicho en persona "una nota no define quién eres" pero ¿y si esa nota definía tu futuro? ¿Qué haces cuando toda tu vida te has estado preparando para este momento y ahora que ha llegado la respuesta es un completo no? 

Mi madre se empeña en que soy una dramática que tiene una segunda oportunidad y que debe de aprovecharla, pero lo que ella no entiende es que he perdido absolutamente toda motivación que me hacía querer seguir adelante. "Son solo estudios" "Solo es un mes más"... para mí no es solo un mes más, no son solo estudios, para mi esto era el momento de demostrarme a mí y a todo el mundo que me rodea que no soy tan inútil como creen. Que podía con ello, pero al final esto ha podido conmigo. 

"Ahora estás en la primera fase, mañana lo verás de otra manera" Puede que la amiga que me ha dicho eso tenga razón, y no quiero darme por vencida tan rápidamente, pero si no he sido capaz de superar esto ¿cómo voy a poder superar todo lo que se me viene encima? Por eso creo que lo mejor es dejar de malgastar mi tiempo y el dinero de mi madre en cosas que estoy segura que no van a salir bien, porque tengo la sensación de que esos simples dígitos son la señal perfecta de que lo deje de una vez por todas. Me lo avisaron hace dos años "Piensa bien lo que vas a hacer, no todo el mundo puede o debe ir a la universidad" ¿Y si ellos tienen razón? ¿Y si debería de dejarlo? Total, cagarla ya la he cagado. 

Hay días buenos, y días no tan buenos. Hoy ha sido uno de esos días en los que mejor no debería de haberme levantado de la cama.

No solo me han dado el no definitivo, sino que además ha sido uno de esos días en los que me sentía más vulnerable, llorando por todo y dando pena a todos lo que me miraban, y me odio por eso. Algo de lo que no me arrepiento hoy ha sido de haberme confesado como lo he hecho, y ha sido una de las mayores liberaciones que he sentido en meses. El poder irme abriendo al mundo poco a poco, quitándome ese peso de encima que tengo desde hace dos años, contando poco a poco quién es la flor de las cartas hace que mis hombros se relajen por milésimas de segundo. Y es que nadie se sorprende de que le cuente aquello, todo lo contrario, les parezco hasta mona hablando de ello. "Sientes algo demasiado fuerte" me dicen, y es verdad, lo hago. Pero mi respuesta siempre es la misma "si no lo digo en voz alta no es verdad" y no es que me arrepienta o avergüence de ser lo que soy o de admitir que me gusta esa brillante, preciosa y peligrosa a la vez que imposible flor, pero si no lo digo, si no admito que me gusta la flor podrá seguir con su vida sin necesidad de interponerme yo en medio, para mi es inalcanzable porque soy demasiado estúpida como para siquiera soñar que algo podría pasar... 

Si ni yo misma soy capaz de entender mis propios pensamientos, de saber qué cojones siento y qué cojones quiero ¿cómo va a querer alguien siquiera acercarse a mí? ¿Cómo cojones va a salirme algo bien si soy un jodido torbellino de emociones y sentimientos en segundos? Si soy un jodido desastre que se quedará sola... aunque los demás digan lo contrario.

Cartas para él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora