El entrenamiento en el gimnasio era intenso, practicaban; tiros libres, algunos que otros pase, mates, o incluso como arrebátele el balón al contrario. Pero todo eso ya se estaba poniendo intenso, hasta cansado, muy cansado.
— ¡Maldita sea, ya no aguanto más! —grito el nuevo integrante del grupo, Fell ya estaba hasta la madre de todo eso.
— Oye, pulpo, rojo tiene razón. Descansemos, por lo menos la hora del almuerzo. —protesto, Dust.
A decir verdad todo el grupo con excepción de Nightmare, ya estaban agotados y si seguían así, estarían muertos antes del enfrentamiento con el equipo de Hate, solo que ninguno se animaba a quejarse primero.
Solo recibieron gruñidos de parte de su capitán.
— ¡Muy bien idiotas! —les grito. — Pueden irse durante el almuerzo, coman algo, descansen un poco. No quiero que estén flojos durante el encuentro.
Sin más, todos se fueron rumbo a los vestuarios y ponerse su uniforme escolar. Solo quedaron Nightmare y Killer a solas.
— Oye, pulpo. ¿No planeas descansar? — mencionó, Killer al ver que este no se iba a los vestuarios como los demás.
— Quedare un rato mas, no planeo perder contra Hate de nuevo. — estaba decidido, eso se veía en su mirar, e incluso Killer lo notaba.
— Muy bien, yo me quedo contigo. — no tenía intenciones de dejarlo solo, si iba a practicar ¿Qué mejor que practicar con otro individuo?
— ¿No que estabas cansado? — le interrogó, no planeaba que Killer se quedara con él a solas, a decir verdad él no le molestaba solo, digamos que eso le fue una sorpresa.
— Si perdemos, prefiero que te quejes con los otros idiotas y no conmigo.
Fue sarcástico, punto para el acecino, pero a la vez era verdad que si llegaban a perder el gran partido, la pesadilla era capaz de incluso matar a los que protestaron por descansar en lugar de entrenar.
***
Durante el receso, Ink, Blue, Dream y Lust. Estaba más que muerto, Wendy no tuvo compasión con ellos durante el entrenamiento.
¿Quién diría que ser porrista, requería sangre sudor y lagrimas?
— Muy bien descanse. — inquirió su maestre, viendo como los cuatros caían al suelo rendidos. — Tienen la hora del almuerzo, coman algo y descanse treinta minutos.
Una vez que su maestra le dios el ultimátum, los chicos ya podían descansar tranquilos.
— ¿Jamás pensé que ser porrista es el infierno? —pregunto Ink, molido hasta los huesos.
— Yo creo que fue divertido, dulzura. — Lust, estaba en el paraíso, mas cuando movía su cadera y su falda se movía a un ritmo muy sensual. — Me veo divino, en estas prendas.
Los otros tres, al ver el comportamiento de Lust, solo lo miraron apenados, pero no de una forma vulgar, es decir cada quien tiene su gusto, y ellos no eran nadie para juzgarlo.
— Ah, miren la hora. Debía de encontrarme con alguien durante el almuerzo. Nos vemos antes del partido dulzuras.
— Espera Lust, ¿no vas a cambiarte?
Lust, miro al soñador y le regalo una tierna sonrisa. El no estaba apenado con lo que llevaba y estar así en todo el instituto, mucho menos. Solo saludo con la mano y se marcho, dejando a los tres amigos a solas.
