People are strange.

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El espacio vacío destinado a los invitados que había visto Doppio cuando llegó, estaba lleno de personas ahora. Todos conversaban y hacían mucho ruido.
Demasiadas caras nuevas, el joven se estaba asustando y poco a poco se iba escondiendo tras la espalda del jefe.

- Oye no hagas eso, quiero que estés a mí lado.- el más alto se apartó y tomó la mano de Vinegar, quedando estas entrelazadas.
Este contacto sonrojaba mucho al pecoso, un montón de personas presentes, todos ellos conocían a Diavolo y todos sabían que eran novios.

Muchas personas comenzaron a saludar al jefe, se estrechaban de manos. Lo que le extrañaba y le gustaba al menor era que por más que intentaba separarse del pelirrosa cuando se acercaba alguien, este en silencio le apretaba la mano en señal de que no se fuera. Diavolo presentaba a Doppio a todas esas personas extrañas como su novio, era una experiencia nueva que aturdía y mareaba al joven.

- Deja de intentar alejarte de mí, quiero que estés conmigo esta noche.

- Está bien...lo siento. ¿Vas a dar algún discurso hoy?

- No me gustan los discursos, antes los hacía pero ahora no.- mientras ambos conversaban, de pronto el pecoso vio como se acercaba un hombre realmente alto. Su cuerpo estaba muy bien trabajado y su estatura lo hacía ver como la persona más imponente del lugar.
A medida que se acercaba a paso lento más características eran destacables: sus ojos eran oscuros y con un tinte rojo muy intenso, su cabello platinado se escapaba de un gorro bastante peculiar. Su vestimenta en sí era bastante llamativa.

- Andas muy arisco hoy, jefe.- su voz era muy grave y seria. Ver a alguien más alto que Diavolo realmente asustaba a Doppio, que parecía un llavero al lado de ese sujeto.

- Perdóname Nero, es que hoy estoy muy bien acompañado. Quiero presentarte a Vinegar Doppio mí novio, cariño él es Risotto Nero, un socio bastante importante para mí junto a su equipo.- esos ojos negros escanearon de pies a cabeza al pobre pecoso que ya se derretía de los nervios.
Se sentía como una hormiguita diminuta al lado del sujeto en cuestión.

Mientras los dos conversaban en un extraño idioma de finanzas, el más joven observaba como de a poco se aproximaban un grupo de hombres al lugar donde se encontraban ellos.
Cuando todos saludaron al jefe, Doppio se enteró de que era el equipo de trabajo de Risotto, se hacían llamar La Squadra.

Quizá el más raro de todos era el hombre rubio llamado Melone, quién miraba de una forma extraña a Vinegar, en especial sus pequeñas pecas y de vez en cuando deslizaba la punta de su lengua por su labio superior.

A decir verdad todos eran extraños: aquel de cabellos celestes llamado Ghiaccio, que siempre tenía una cara de los mil demonios pero parecía estar conteniendose.
Luego estaba un sujeto alto y de cabello negro, Illuso. Se escuchaba bastante culto e informado de cualquier tema del que hablaban y el jefe parecía escucharlo atentamente.

Doppio se sonrojaba cada vez que dirigía la vista a una pareja, parte del equipo, quién estaban tomados de la mano y eran muy cariñosos entre sí, se llamaban Sorbet y Gelato. Quizá no era tan extraño que el jefe haya presentado una pareja masculina frente a tantas personas.

Vinegar sentía un poco de envidia y pena al no poder demostrar su amor hacia Diavolo de la misma forma que lo hacía esta pareja.

La actitud tímida y retraída del pecoso era igualada solo por una persona en ese pequeño grupo, un tipo con un cabello extraño y verde que estaba junto a otro hombre muy bien vestido, se trataba de Pesci y Prosciutto. Este último parecía muy seguro de si mismo, todo lo contrario al de cabellos color verde lima.

Había un hombre que a Doppio le hacía recordar un poco a Mista, en el sentido que se la pasaba bromeando, Formaggio. De vez en cuando le decía pequeños comentarios divertidos al joven, el cual en vez de reírse se ponía más y más nervioso.

I am the emperor [Doppio x Diavolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora