Nuevo jefe.

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- ¿Es usted el señor....- Doppio sabía que había visto antes a un sujeto tan peculiar pero no recordaba su nombre.

- Nero, Risotto Nero. Nos conocimos en la fiesta hace un par de días, tú eres el novio del jefe.- su voz era igual de impacible y gélida, su mirada igual de oscura y se veía bastante imponente sentado en ese escritorio con las piernas cruzadas.

La oficina donde se encontraba el mayor era bastante bonita, contrastaba con ese frío pasillo en el que Vinegar esperó por un rato su entrevista.

No habían objetos que pudieran decir mucho acerca de la enigmática personalidad de Risotto: papeles y un reloj sobre el escritorio, las paredes color beige suave sin ningún cuadro o adorno y una ventana grande donde se podía ver una amplia vista de la ciudad, pues estaban en los pisos más altos de la construcción.
El supermarket se encontraba en el primer piso de un gran edificio repleto de oficinas, todas eran propiedad del mismo dueño y a Doppio le llamaba mucho a atención que Nero trabajara en algo así al mismo tiempo que era un subordinado de Diavolo.

- ¿Por qué quieres trabajar aquí?.- interrumpió los pensamientos del pecoso con el inicio de la entrevista.

- Ehh...b-bueno yo...he trabajado en c-cosas similares...en el currículum lo escribí.- no daba más de los nervios, sentía que la silla donde estaba sentado temblaba de tanta ansiedad que sentía en su cuerpo. El sujeto frente a él lo ponía sumamente nervioso, quizá por el hecho de que lo conocía previamente en otro contexto.

- Lo leí.

- ¿Eh?

- Tu currículum u hoja de vida, la leí muy bien y tienes experiencia. Solo quiero saber acerca de tus habilidades para desempeñar esta labor, por cierto, luces nervioso ¿Estás bien?.

- Si...no se preocupe porfavor.

- Bien... continúa.- Doppio pensó "¿Con qué mierda quiere que continúe? No entiendo un carajo" pero de alguna forma logró recitar algunas respuestas que ensayó el día anterior. Las preguntas de las entrevistas de trabajo suelen ser similares.
El contacto visual que Risotto mantenía con él se sentía como un montón de agujas en el cuerpo. Definitivamente era la persona más imponente que había conocido, casi al nivel de un Diavolo enojado.

"Probablemente con toda la mierda que acabo de decir me van a despedir antes de ser contratado" pensó.
Las esperanzas de obtener el puesto de cajero habían sido pulverizadas (en la mente de Doppio) por la mirada inquisitiva que usaba Nero a medida que el joven respondía cada una de sus preguntas.

- Bien, creo que con esto es suficiente para mí. Quedas contratado.

- ¡¿Qué?!.- más que una contratación, le parecía una incoherencia al de cabellos morados, acaba de meter a su negocio a la persona más inepta de toda Italia.

- Lo que escuchaste, los otros postulantes no tienen la experiencia que tú tienes. Me llama la atención siendo tan joven, sueles renunciar bastante seguido.- a través del flequillo del albino se notaba una de sus cejas alzada, haciendo notar su curiosidad.

- No me gusta permanecer en un empleo por mucho tiempo, me gusta tener experiencia en cosas diversas.- mintió. En realidad renunciaba porque le angustiaba la forma en que sus compañeros de trabajo solían ignorarlo.

- Entiendo. Puedes irte si gustas, estos son los horarios.- le extendió una tarjeta con la hora de entrada y salida de la jornada laboral.
Trabajaría lunes, miercoles, viernes y sábado. Los días de semana de 10:00 am a 05:00 pm y los días sábados de 10:00 am a 02:00 pm. Era un horario bastante razonable y un buen salario, su jefe no parecía un explotador por lo menos.

I am the emperor [Doppio x Diavolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora