Mientras el jefe se duchaba, Doppio trataba de arreglar el desastre en su habitación, pues la noche anterior había dejado su ropa por todos lados.
Ya no llovía, pero estaba nublado y hacía bastante frío.
Cuando sintió el sonido que avisaba que el agua de la ducha dejó de correr, el joven se puso nervioso. Se sentía estúpido por dejarse descomponer así por su propio novio, pero seguía sintiendo culpa y vergüenza por su reacción de anoche.La puerta del baño se abrió y el pelirrosa salió con una toalla algo ajustada amarrada a sus caderas. Su piel brillaba por la humedad y sus mejillas aún seguían coloreadas pero probablemente era por su resfriado, no por vergüenza. En cambio, Doppio si estaba rojo de vergüenza.
Le avergonzaba la forma lasciva en que miraba a Diavolo pero no podía evitarlo, sus nervios se transformaron en deseo y una vez más estaba cayendo a sus pies.- Gracias por dejarme usar tu ducha.- su voz sonaba algo más grave de lo habitual y miraba hacia el suelo constantemente. La timidez no era propia del jefe, pero se encontraba vulnerable por la situación y por su salud.
- Deberías... secarte, te vas a resfriar.-el pecoso decidió darse la vuelta y mirar hacia la ventana de la habitación para no seguir observando de esa forma a quién tanto amaba. Sus sentimientos encontrados aún no se iban.
De pronto, sintió como lo abrazaba desde la espalda, presionando su cuerpo húmedo contra la espalda de más bajo. Esto lo sobresaltó e hizo que su respiración se volviera irregular.- Quiero que tú me seques. En todos los sentidos.- Diavolo hundió la nariz en los suaves cabellos morados de Doppio y aspiró profundamente, tranquilizandose.
- No me hagas esto...
- ¿Hacerte qué?.- seguía en la misma posición.
- Me estás seduciendo porque sabes que siempre me rindo ante ti, es injusto.
- Solo quiero tenerte cerca, nada más.
- ¿Nada más?.- Vinegar se giró y quedó frente al jefe, el abrazo se rompió levemente pues el más alto seguía con los brazos entrelazados alrededor de su pequeño novio.
- Bueno...si surge otra cosa no me molestaría...
- ¿Otra cosa como sexo?
- Sí...eso.
- Siéntate en la cama, te secaré para que no te sigas resfriando.
- No estoy resfriado.- fue bastante irónico, pues apenas terminó de decir esto, varios estornudos surgieron, dejando en evidencia la enfermedad.
- Rápido, a la cama.- era extraño ver como Doppio le daba órdenes, pero estaba preocupado por la salud de su novio y quería que este descansara luego de una larga noche.
El pelirrosado obedeció y se sentó en el borde de la cama. Mientras tanto, el pecoso sacó de un mueble más toallas y las dejó a un lado de la cama.
- ¿Debo secarte yo?
- Porfavor.
- No estás tan incapacitado ¿O sí?
- No seas frío conmigo.- era obvio que el jefe se hacía la víctima para lograr su objetivo, pero sus palabras entristecían a Doppio. Se sentía culpable y quería remediar cualquier daño que hubiese causado (dentro de su criterio).
- E-está bien, te secaré...pero tú te secarás ahí abajo...
- Así no tiene gracia.
- Si no me haces caso no habrá sexo...por una semana.
- ¡¿Por una semana?! No serías capaz de aguantar.
- No me pongas a prueba.
- Está bien, dame las putas toallas.- no estaba realmente molesto, pero si decepcionado, no le faltaba mucho para tener ninfomanía y para él cualquier momento era el indicado para hacerlo.
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I am the emperor [Doppio x Diavolo]
FanfictionUn joven solitario encuentra en alguien mayor algo que siempre estuvo buscando pero que evitaba a toda costa. Un ser dominante e imponente se apodera en cuerpo y alma de un joven tímido y sumiso.