Estaba feliz y nervioso pues por primera vez en su vida había llegado puntual.
En sus empleos anteriores siempre llegaba un poco tarde y se las arreglaba para renunciar antes de que lo despidieran por lo mismo pero hoy, en su primer día de trabajo, Doppio había llegado puntual a las 10:00 am para iniciar como el nuevo cajero del supermarket más céntrico de la zona.Era un barrio mitad comercial mitad residencial, con un par de paradas de buses cerca y era bastante concurrido.
Ingresó al edificio y subió por el ascensor a la oficina donde había tenido su entrevista. Mientras más acortaba su distancia para llegar al lugar en cuestión más nervioso se ponía, probablemente a esta hora Risotto estaría ahí.
Golpeó con suavidad la puerta, esperando a que lo hicieran pasar.
- Adelante.- esa voz tan dura solo podía ser de Risotto.
- B-buenos días señor, ya llegué.- abrió con timidez la puerta y la cerró tras de sí.
- Si, veo que llegaste a tiempo. Debes ir a la sala del personal y al lado están los camarines donde te puedes cambiar, tus compañeros deben estar ahí.- hablaba con la mirada pegada en la pantalla del computador pero de vez en cuando la desviaba para fijarla en los ojos de Doppio.
- Bien, nos vemos y muchas gracias nuevamente.- Vinegar se preparaba para irse de la oficina.
- Espera, quédate un momento, tengo algo que preguntarte.- se puso nervioso de inmediato, no sabía qué podía preguntar exactamente y no quería que se pusiera de pie, nunca había visto a alguien tan alto.
- Dígame...
- ¿El jefe sabe que trabajas para mí ahora?.- en el fondo el muchacho sabía que le preguntaría esto, de hecho, podría hacerle muchas más preguntas pues esta circunstancia demostraba que el mundo era realmente un pañuelo, se habían conocido hace muy poco y ahora Nero era su jefe.
- Bueno... sí, me lo preguntó y tuve que decirle.
- ¿Y qué dijo al respecto?.- ladeó la cabeza levemente, haciendo sonar esas pequeñas esferas de metal dorado con letras que colgaban de su gorro.
- No dijo mucho en realidad.- Doppio se rascó la mejilla suavemente con su índice, siempre hacia eso cuando mentía.
- Entiendo, que extraño.
- ¿Por qué extraño?.
- Olvídalo, ve a tu puesto de trabajo, el jefe de personal te dirá qué hacer.- fue enfático pero a la vez suave. Se veía pensativo, a veces el joven no entendía bien el porqué del recelo que le tenía Diavolo a Nero, si se veía tan seguro de sí mismo ¿Por qué desconfiar frente a él?.
Bajó en el ascensor y se dirigió a la sala de personal.
Todos se estaban alistando para iniciar una nueva jornada y se dió cuenta que su uniforme sería completamente negro: una camisa negra con pantalones negros y zapatos del mismo tono.
"Parece una funeraria" pensó el muchacho algo distraído.Todos los trabajadores, desde los encargados de limpieza, encargados de pasillo y otros cajeros lo saludaron con respeto y mucho ánimo. Cuando estaba por ponerse su nuevo uniforme en un camarín personal, alguien lo interrumpió.
- Oye ¿Qué haces tú aquí?.- una voz juguetona y melodiosa se dirigió hacia él, era otra persona conocida.
Al darse la vuelta se dio cuenta que se trataba de otro de los subordinados del jefe.- Señor... ¿Melone?.
- Hay que ver la mala memoria que tienes Doppio, yo me acuerdo muy bien de ti.- siempre tan alegre el rubio, parecía tener todo lo que le faltaba al pecoso: actitud.
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I am the emperor [Doppio x Diavolo]
FanfictionUn joven solitario encuentra en alguien mayor algo que siempre estuvo buscando pero que evitaba a toda costa. Un ser dominante e imponente se apodera en cuerpo y alma de un joven tímido y sumiso.