Cerca.

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Doppio se había quedado profundamente dormido en el auto del más alto. El vino y el cansancio por su primera jornada de trabajo habían rendido frutos y sería difícil despertarlo.
Risotto había llegado a la entrada de la casa del pecoso, estacionó allí y apagó el motor del vehículo. Era casi de noche y había parado de llover; la opción más fácil era despertar a Doppio y despedirse de él, pero no quiso.

Prefirió observarlo por algunos minutos, al fin y al cabo era la primera vez que alguien dormía así en su auto. Nero no era como otras personas que le daban demasiadas vueltas a las cosas, prefería ser enfático y antes que mentirse a sí mismo prefirió asumir que Vinegar le gustaba.

Llamó su atención desde que lo vió hace algunos días en la fiesta y luego de eso decidió hacer lo que siempre hacía con la gente que le llamaba su atención: "investigarla".
Casi rozando la ilegalidad, averiguó todo sobre Doppio: sus estudios, sus antiguos jefes, lo que comía y cuantas veces se había enfermado y hospitalizado, a qué tiendas solía recurrir cuando necesitaba algo, sus hábitos y sus amistades.

Para su sorpresa, el pecoso era una persona extremadamente solitaria y reservada. No solía salir de casa ni juntarse con amigos porque no los tenía, "¿Cómo conoció al jefe entonces?" era una duda que lo acompañó todos estos días, pues la única respuesta que se le ocurría no calzaba con el perfil cuidadosamente construido del muchacho. No solía ir a eventos ni reuniones de negocios pues no era profesional, por ende esta no era la forma en la que había conocido a Diavolo.

La oportunidad de poder estar más cerca de Doppio llegó literalmente a la puerta de Risotto cuando el joven pidió empleo en su local. Para no levantar sospechas citó a más personas ese día a la entrevista de trabajo a pesar de que estaba casi decidido su contrato.

No estaba necesariamente obsesionado con Vinegar pues lo que hizo solía hacerlo con otras personas que ya ni siquiera forman parte de la vida del albino. Le gustaba saber todo de antemano para no llevarse sorpresas en sus relaciones interpersonales. El pelimorado le atraía, le gustaba su forma de ser y al contratarlo se dió cuenta que a pesar de ser el novio del jefe no dejó de ser esa misma persona tímida que había sido y olvidaba que era una persona comprometida, "no está casado" pensaba con diversión. Antes de que el muchacho se despertara, Risotto bajó del auto y lo rodeó hasta poder abrir la puerta del copiloto. Por última vez se preguntó si despertar o no al chico y decidió que no.

Lo levantó con sus brazos como si tomara a un bebé y cerró la puerta del auto con la pierna. El ligero peso del muchacho coincidía con el expediente que formó Nero a punta de stalkeo, si hasta conocía el peso de este.

Buscó las llaves de la puerta de la casa en el bolsillo del pecoso y este por su parte ni siquiera daba señales de despertar y eso que sólo había tomado vino.

- Al parecer no resistes mucho alcohol.-  murmuró Risotto mientras abría la puerta sin problema alguno de sostener el cuerpo del muchacho con una sola mano. Ingresó al hogar de su empleado y cerró la puerta tras de sí, sin siquiera prender la luz, subió al segundo piso buscando el dormitorio del chico.

La cama era bastante grande para alguien tan pequeño y con mucho cuidado, Nero recostó a Doppio y procedió a quitarle los zapatos. Por su mente no pasó la idea de que estar en la casa de alguien sin permiso era inapropiado ni tampoco pensó que era raro investigar a una persona a tal punto de conocer hasta su tipo de sangre pues según él "es información pública que todo el mundo puede tener".

Es cierto, el informe de Vinegar no contenía información secreta o algo así, pero si eran cosas que solo se podían obtener siendo policía. El dinero lo mueve todo y con un par de sobornos de por medio Risotto tuvo lo que quería saber del chico.

I am the emperor [Doppio x Diavolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora