Traté, en la medida de lo posible, mantenerme calmada durante toda la noche. Podría asegurar que es una de las peores noches de mi vida. No pude conciliar el sueño en toda la noche. Las pesadillas estuvieron atormentando mis sueños durante toda la noche. El malestar y la pesadez siguen en mi estómago desde que llegué ayer, pero empujo esa sensación lo más lejos posible para enfocarme en mi abuela.
Si mi abuela empeoraba y tenía que ser sometida a algún tratamiento no podía permitirme el lujo de perder mi trabajo. Así que ahora estaba más encerrada y acongojada que nunca.
El sol no tardó en salir. Desde la ventana de la habitación pude ver como el cielo se iluminaba con esos colores anaranjadas tan típicos de las mañanas. Las enfermeras entraron con el desayuno de mi abuela y esta al ver lo que traían en la bandeja no tardó en rechistar.
A media mañana le dieron el alta y pudimos irnos a casa. Pero aún había algo que perturbaba mi mente. Martín quería una respuesta y yo no estaba segura de que decisión tomar.
Conchi no tardó en ofrecerse para acompañar a mi abuela mientras iba a hablar con mi jefe. Al volver teníamos que ir hasta el hospital a continuar con las pruebas.
Delante de la puerta de Martín sentí el nudo en mi garganta tirar. Al llegar, lo primero que noté fue la soberbia con la que me observaba mi jefe. Sin perder más tiempo tomé asiento. Encima de la mesa había varias fotos que mi jefe recogió solo tomé asiento.
-Traes mala cara Carolina. Espero que esto no haya sido por mi culpa.-Sonrió.
-He estado toda la noche en el hospital.
Su sonrisa se borró al instante.
-¿Qué ha ocurrido?
-Mi abuela.
-Vaya, espero que esté bien.
Asentí y esperé que él fuera quien tomara la iniciativa.
-Bueno ¿Cuál es tu decisión?
Mis ojos se cerraron con fuerza, al tiempo que el miedo me envolvió. Suspiré agotada. Y una última esperanza creció en mi cuando vi sus ojos mirarme delicados.
-Martín, ahora más que nunca necesito este trabajo. Si mi abuela empeorará yo no...-Pero me cortó.
-Sabes que no me gustaría hacerlo, pero necesito que seas tú la que lleve esta exclusiva. Y si no lo haces, me veré en la obligación de prescindir de tus servicios.
-¿Pero por qué yo? Tienes a muchas personas en plantilla que también podrían hacerlo.
-No, no podrían. Por eso te quiero a ti, eres de mis mejores paparazis.
-Nuria es muy buena también.
-No está preparada para esto.
-¿Y yo sí?
-Sabes que no actúo sin estar seguro de algo. Y se con certeza que eres la única que tengo ahora mismo en plantilla que podría con esto.
-Entonces, si no acepto el trabajo me despedirás.
-Lamentablemente, sí.
La angustia empezó a hacerse paso por mi cuerpo. Cada vez me costaba más mantener la compostura. La opresión que sentía en mi cuerpo se volvía asfixiante y apabullante. De nuevo, evalué todas mis opciones. Es un hecho que rechazar el trabajo sería quedarme sin ningún tipo de ingreso en mi familia, nada más que la corta pensión de mi abuela y unos pocos ahorros. Así que, cuando la única posibilidad volvió a mi cabeza, acepté.
-Lo haré. Pero con una condición.-Susurré.
-Te escucho.-Sonrió soberbio y se recostó en el sillón.
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A través de Carolina
RomanceCarolina es una mujer con las ideas claras. Diego es la nueva estrella del Valencia. Carolina es el as bajo la manga de la revista Minutos. Diego está harto de los paparazzis. Carolina es el mayor miedo de los famosos. ¿Podrá conseguir la mayor exc...