Capítulo 20

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La duda volaba en el rostro de Martín. Él sabía que Carolina escondía algo... Algo grande que se le escapaba. Carolina había sido siempre una buena trabajadora. Él la consideraba sumisa y moldeable, a su gusto. Sabía siempre por donde tirar de ella para conseguir lo que quería. Cuando llegó a la revista pensaba que no valdría. Pero terminó demostrando que no tenía tantos escrúpulos como él creía.

Cuando le dio la exclusiva de Diego Rodríguez no pensó que se negaría. Es más, él juraba que ella aceptaría sobre cualquier cosa. El dinero... Le gustaba a cualquiera. Y aunque él no le pagaba lo que en verdad debería, ella no se quejaba. Sabía que el dinero no abundaba en su familia y eso siempre había jugado a su favor.

Aunque en estos momentos Carolina podía ser un grave problema. Esa estúpida chiquilla no estropearía todos sus planes. Había encontrado por casualidad a ese jugador. No es que Martín fuera un gran fan del mundo futbolístico. Pero alguien del entorno del jugador lo llamó aquella noche. Al principio pensó que se trataba de una broma. Pero luego se dio cuenta de que algo más grande iba a ocurrir. Que algo pasaba en su vida. Y él sería el encargado de sacarlo a relucir. Además de poder ganar una gran suma de billetes por parte de la directiva de la revista.

Ya se imaginaba su nueva vida. Mucho más dinero. Muchísimo. Quizás hasta se compraría otro coche mucho más lujoso. Uno de los que todo el mundo mira por la calle. Él bajaría, elegante. Con uno de sus nuevos trajes de Prada. A juego con unos mocasines de Guiseppe Zanotti. La boca se le hacía agua de tan solo pensarlo. Sería el hombre que tanto deseaba. Que durante tantos años había soñado. No le costó mucho trabajo hacerse la mano derecha de su antiguo jefe. Ese viejo estúpido no tardó en confiar en él. No tardó en verlo como el nuevo director. Luchó mucho. Muchísimo. Y eso nadie se lo iba a quitar.

Tenía pensadas muchas cosas para él. Buenas por supuesto.

Carolina seguía dándole largas ante las exclusivas. Así que no tuvo más remedio que tomar cartas en el asunto. Para situaciones extremas. Solo quedaban soluciones acertadas. Y él la sabía. Había pasado muchos años siendo parte de la plantilla y se las sabía todas. Nadie iba a quitarle todo su esfuerzo. Nadie.

La puerta sonó. Y el no tardó en sonreír. La muchacha entró sin entender porque su jefe la había llamado. Pero él lo tenía todo planeado.

-Siéntate por favor.

Ella lo hizo. Estaba nerviosa, pero él solo le sonreía. Iba a ser su solución. Muerto el perro, se acabó la rabia...

-Tengo un nuevo trabajo para ti. Pero antes de contarte nada, ¿hasta donde estás dispuesta a llegar por ascender en esta empresa?

-Hasta el final.-Dijo ella.

-¿Sin importar a quien pisoteas?

-Sin importarme nada.-Y ella sonrió.

Sabía que había hecho bien en darle a ella ese trabajo. Era astuta, aunque no lo pareciera. Él ya la había vigilado antes.

-Hay alguien aquí que no está haciendo correctamente su trabajo... Así que vas a tener que descubrir que trama. Y, sobre todo, volver con esa exclusiva.

Y me vi reflejado en ella. Tan inteligente, codiciosa e infame. Tan... Yo.

-Carolina va a ser tu nuevo objetivo. 

A través de CarolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora