Capítulo 4

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Me había pasado toda la noche buscado una manera, no muy descarada de acercarme a Diego. El día en Valencia había amanecido nublado. Se podía decir que en estos momentos estaba como el tiempo, rara. Olivia hablaba sin parar y aunque intente prestarle atención, mi mente esta ocupada por un solo motivo. Removía el café con desgana.

-¿Me estás escuchando?-Preguntó Olivia molesta.

-Lo siento Olivia. Estaba pensando en otras cosas ¿Qué decías?

-A ver, ¿Qué te pasa? ¿Martín otra vez?

-No, por el momento se mantiene en su cueva maquinando como arruinar la vida de otra persona.

-Entonces es el futbolista ¿verdad?

-Llevo toda la noche buscando una forma para acercarme a Diego sin levantar sospechas.

-¿Se te ha ocurrido algo? Puedo ayudarte si lo necesitas.

-No sé Oli, todas me parecen demasiado agresivas y no quiero que sospeche.

-¿Por qué no pruebas a ser amable con él la próxima vez que lo veas?

-Eso lo descarto. Es un fanfarrón, egocéntrico y un creído de mucho cuidado.

-¡Ya sé! Puedes ir a verle a un partido.

-Claro ¿Cómo no lo había pensado? Y entre cincuenta y cinco mil espectadores me encontrará.

-Igual es como los perros que detectan a su dueño.

-Lo conozco poco, pero de momento creo que pertenece a la raza humana.

Algo que caracterizaba a Olivia era que cuando pensaba se mordía el labio inferior. A veces hacía tanta fuerza que se le marcaban las arrugas de la frente y por mucho que tratare de evitarlo, para que no le quedaran marcas en el futuro, no lo podía evitar. Siempre fue la de las ideas brillantes. Si quería algo solamente lo hacía con total naturalidad. Algunas veces sus ideas nos habían metido en algún que otro lío...

-¿Te acuerdas de Jorge? El chico que venía conmigo al gimnasio. El de los tatuajes.

-¿El de la apuesta?

-¡Sí! ¡Ese!

Cuando Olivia iba a la universidad conoció a Jorge en el gimnasio, empezaron a entrenar junto y se hicieron muy amigos. Una de esas noches en las que Olivia se empeñaba en que saliéramos de fiesta los tres. Un día, por inspiración divina acepte. La cosa es que sobre las tres de la mañana empezaron los retos, un juego en el que o hacías el reto que el grupo te ponía o debías beberte una copa entera. Jorge fue el primero en ponerle el reto a Olivia, esta tenía que acercarse a un chico y fingir que era su ex novia. Podemos imaginar como terminó eso... Pero Olivia era la reina de los retos. Jorge tenía que correr por una parte de la discoteca, con papel higiénico en la mano y gritar ¡Me cago!

Nunca me reí tanto en una discoteca y aunque Jorge hizo su reto sin rechistar estuvo toda la noche avergonzado.

-Jorge es el dueño de una discoteca muy conocida. Sus reservados siempre están llenos de famosos, cantantes, actores y futbolistas.

-¿Y me estás diciendo esto porque..?

-Podemos pedirle un favor y que trabajes allí un par de noches. Estoy segura de que aparecerá.

-Por el momento no tengo pensado pluri emplearme Olivia.

-Pero solo será hasta que el aparezca por allí, de fiesta todo es más fácil.

-No lo veo factible...

-Vamos Carol. Solo un par de fiestas. Cuando le tengas en la mano y la exclusiva en portada, desapareces.

A través de CarolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora