Capítulo 19

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No entendía muy bien esta relación que teníamos. Pasábamos tiempo juntos. Cenábamos. Dormíamos. Nos besábamos... En estos pocos días todo había cambiado. Apenas me quedaba una semana y tres días para que el plazo se terminara. Martín sospechaba. Por supuesto que lo hacía. Insistía e insistía, una y otra vez. Aunque le daba largas, sospechaba de mala manera. Estaba preparándome mentalmente para lo que me venía encima. Había hablado con Jorge y estuvo encantado con mi decisión. A partir del viernes pasaría a formar definitivamente parte de la plantilla de Reco. Y ni hablar del favor que me había hecho Mireya. La chica de la cafetería de la esquina. De lunes a viernes por la mañana pasaría a trabajar de camarera. Viernes y sábados por la noche trabajaría para Jorge. Sí, algo complicado... Pero debía prepárame con un abogado laboralista que conocía Olivia.

Mi abuela y Conchi habían empezado a salir más que de costumbre. Algo tramaban estas dos...

Me encontraba en una nube de la que no quería despertar. Quería contárselo a Diego. Lo necesitaba. Pero no podía. Había algo más grande que me impedía hablar. Cuando estaba con él. Me abrazaba. Me besaba. Me hacía sentir. Había olvidado casi por completo el principal objetivo por el que empezó esto. Había olvidado por completo todo lo que acarrearía esta decisión. Pero mi cabeza y mi corazón, respiraban tranquilos. Sentían de nuevo. Latían.

Estuve toda la mañana intentando cogerme al ritmo que Mireya me indicaba. La cafetería era pequeña. Apenas había ocho mesas. Era encantadora. Muy pintoresca. Las paredes tenían algunos cuadritos muy monos. La barra era pequeña, pero cabíamos las dos perfectamente. No entendía como usar bien la cafetera y tras dos desastrosos cafés. Mireya prefirió que sirviera las mesas. Intenté hacerlo lo mejor posible. Pero estaba nerviosa. Las cosas como son. A las dos de la tarde cerramos. Mi nueva jefa me felicitó orgullosa. Para haber sido mi primer día, no había ido tan mal.

Llegué a casa, pero mi abuela no estaba. La llamé.

-¿Abuela dónde estás?

-¡Cielo! Soy Conchi, tu abuela está en el baño...

Pero sabía que mentía...

-¿Seguro? La espero.

-No, noo... Luego te llama ella.

-Pero Conchi...

¡Y me colgó la muy puñetera! Más tarde Olivia llegó. Tenía mucha curiosidad por saber como había ido mi primer día. Nos sentamos en el sofá con una cerveza cada una.

-Y cuéntame, ¿Cómo ha sido tu primer día con un trabajo normal?

-La verdad. Extraño. Ha sido un poco difícil a primera hora de la mañana. Pero poco a poco he ido cogiendo el ritmo y adaptándome. Mireya estaba muy feliz conmigo allí.

-¿No has incendiado nada?

-Nop.

-¡Así me gusta amiga!

Seguimos hablando de los nuevos proyectos que tenía pensados Olivia. Podía estar orgullosa de mi amiga. Trabajadora y amante de su trabajo. En eso la envidiaba. No tenía planes de futuro y sería muy difícil formarme.

-¿Has vuelto a hablar con Alberto?

-No me lo nombres...-Gruñó.-Ayer recogió sus últimas pertenencias de casa. Pensé que sería peor la verdad. Lo vi allí y fue como cualquier día. No lloré si eso es lo que te preguntas. Me gritó un poco, creo que está despechado. Pero tienes razón, tenemos que aprender a vivir el uno sin el otro y...

-Y tú te estas tirando a alguien.-La corté.

-¿Qué?

-¿A quién te estás follando Olivia?

A través de CarolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora