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No puedo creer que LQDPS llegó a su fin... Muchas gracias por darle una oportunidad a la historia y quedarse a leer el desenlace.
Siendo sincera, al principio tenía miedo de empezarla por los temas tan delicados que toca, pero luego me dispuse a poner dicho miedo en palabras. Esta historia trata de cosas reales, que pasan día a día, e intenté hacer ver la gravedad de los problemas tan bien como pude, pero sin dejar de lado lo que realmente importa: ser feliz a pesar de todo.
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Todos podemos enfermarnos.
Todos podemos sufrir por quienes amamos.
Pero todos podemos ser positivos a pesar de eso. Siempre está en cómo se mire la imagen, Roel sostuvo la idea hasta el final, e incluso cuando se olvidó de esto, tuvo a otros que le recordaron cómo hacerlo, primeramente porque él les había enseñado.
Todos podemos alejarnos, pero también podemos volver.
Todos podemos perder a alguien, pero luego elegimos cómo recordarlo.
Todos, tal vez un día, podamos decir algo para salvar a alguien.
Las palabras pueden hundir o ser el salvavidas de una persona, procuren siempre ser amables con los otros, aunque no los conozcan.
Todos podemos ser empáticos.
Todos podemos ser felices, en mayor o menor medida, a pesar de todo.
Muchísimas gracias por ser los mejores compañeros de aventuras literarias que alguien puede pedir. Kenna, Roel y Peter esperan que hayas podido sonreír, reír, llorar o al menos reflexionar con su historia, que forma parte de la serie #Disonancia, (Compuesta por Lo que callo para no herirte y Lo que grito para tenerte).
¡Esto fue Lo que digo para salvarte!
Recuerden: Sí existe los finales felices, pero también los agridulces.
Con amor cibernético y demás, S. ❤️
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