El que no funciona
El olor a antiséptico me enferma.
Más de lo que estoy, creo.
Tengo cardiomiopatía congénita y necesito un trasplante. He estado en la maldita lista de espera por un año y no quiero esperar más.
No porque quiera ese corazón que desean darme, sino porque quiero el mío.
¿Pueden los corazones auto-repararse a sí mismos?
—Hola.
Levanto la vista. No me he movido de posición desde que mis padres se fueron hace un rato. Estoy segura de que están en la sala de espera, ansiosos e inquietos por volver a entrar y sostenerme la mano. Pero les pedí —no, yo demandé— espacio.
Ellos suelen respetar la mayoría de mis deseos.
Omitiendo el de internarme, claro.
—Te equivocaste de habitación —contesto sin ánimos de saludar.
—No lo creo, traigo un pedido.
Arqueo una ceja. Su cabello castaño es un lío de rizos que actúan como resortes cuando se mueve, sus ojos son demasiado grandes para su rostro, su nariz tan respingada que parece operada, y su sonrisa es infantil. Es alto y delgado. Tengo más músculo en mi dedo índice que él en todo su cuerpo.
—No pedí nada.
Al principio creo que está jugando con una pelota de tenis o béisbol entre sus manos, pero en cuanto me la lanza, noto que no lo es.
—¿Un corazón de plástico? —escupo escéptica.
—Le pedí a un residente que me lo consiguiera. Los de primer año suelen estudiar con ellos y este me debía un favor. —Se recarga en el marco de la puerta.
Suena como que ha estado en este lugar desde hace tiempo.
—¿Y te parece gracioso darme esta mierda?
Estoy segura que alguien le dijo que necesito un trasplante. ¿Cómo puede ser que en un hospital los chismes corran más rápido que en la preparatoria?
Esto parece una burla y me siento ofendida. Encolerizada. Dolida. Con ganas de llorar de impotencia, risa y tristeza al mismo tiempo, pero eso no va a pasar.
—Pensé que lo necesitarías —insiste.
—Se supone que necesito uno de verdad. Esos son los que funcionan, genio.
—Tú tienes uno de verdad y no funciona.
Quedo boquiabierta.
Sonríe con una autosuficiencia atrevida.
—Buenas noches, vecina.
Cierra la puerta corrediza antes de marchar.
¿Qué diablos está mal con este tipo?
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Lo que digo para salvarte
TienerfictieLos vivos nos aferramos a la esperanza, no lo olvides. Portada por: TylerEvelynRood