Capítulo 16

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             Carlos.

Me había acercado a ella con el propósito de intimidarla y que me contestara.
Pero de repente uno de mis impulsos hizo que estuviera a punto de besarla.
Obviamente me sentía atraído por ella, y no sé muy bien por qué. Nunca había sido esa clase de tíos que se reprimía a la hora de besar a las tías, pero en este caso sí que me quería reprimir, y no lo conseguí.

La voz de Cole me despierta de mi trance y me separo de ella al instante.

- ¿Qué fiesta?, Cole te recuerdo que es lunes- le aviso.
- ¿Y? volveremos pronto, además papá y mamá tienen guardia y no vuelven hasta mañana por la mañana.-
-¿Te vienes Carla?-
- La verdad es que no tengo muchas ganas, estoy cansada-
- Yo no voy y Cole, te recuerdo también que estás castigado-
- Venga vente, no vamos a tardar- sigue diciéndole a Carla ignorándome.
- Carla venga...-Repite.
- Te ha dicho que no- intervengo esta vez más enfadado.
- No te estoy hablando a ti-
- Cole es lunes y estás castigado, no vas-
- Ya harás de hermano mayor en otro momento, ahora diviértete un poco que te noto amargado- y me señala con la mirada a Carla.
Ella suspira.
- ¿A que hora volveremos?-
- Pronto-

Sabía perfectamente que Cole nunca volvía pronto cuando se iba de fiesta.

- ¿Cuándo es pronto?- insisto.
- Mira que eres pesado, no se ¿6?
- ¿Eso es pronto?- suelta ella.
- Cuándo te quieras ir que te traiga Carlos-

Me mira.
Tarda un segundo en responder.

- No sé...-
- Te traeré- le aseguro.
- Se supone que tú no vas-
- Alguien tendrá que cuidarte-
- No necesito que me cuides- dirige su mirada a Cole- Voy.-
Como le gustaba desafiarme.

Salimos a eso de las 23:00, cogimos el coche que mi madre había dejado.
La fiesta era en una discoteca de un amigo que Cole y yo teníamos en común, pero como yo me alejé de ese mundo hace tiempo, ahora tenía más cosas en común con él. 
Cuando entramos la música está a todo volumen, y como en todas las fiestas de Julio había tanta gente bailando que no parecía que hubiera hueco para meterse.
Cuando nos ve se acerca sonriendo.

-¿Qué pasa tíos?- nos saluda dándonos una palmada a cada uno en el hombro.
- ¿Cuál es el motivo de que una de tus fiestas sea un lunes?- le digo.
- ¿Tiene que haber un motivo? Para una buena fiesta siempre hay tiempo- explica gritando para que se le escuche - Vaya vaya... ¿Quién es?- dice recorriendo con la mirada a Carla.

Se había puesto una falda de cuero negra que dejaban ver sus piernas más de lo que hubiera querido, una camiseta de tirantes blanca y una chaqueta vaquera encima, que por el calor que empezaba a hacer, dudo que tardase en quitársela.

- Carla, se está quedando unos días en nuestra casa.- le responde Cole.

Julio sonríe de oreja a oreja.

- Encantado yo soy Julio, pero tú puedes llamarme Jul- se presenta con doble intención.
- Encantada- le contesta ella.
- Bueno, ¿no nos vas a servir nada?-
- A la primera invita la casa, sólo la primera- señala con el dedo a Cole mientras se aleja y se pierde entre la multitud de gente.

No sé en qué momento se habían intercambiado los papeles, hasta hace 2 años el que iba a fiestas de este tipo era yo, y ahora parecía un anciano de 80 años.
Hacia mucho tiempo que no iba a una fiesta, pero no pensaba dejarla sola con semejante ser.

- ¿Qué quieres?- le pregunto a Carla.
- ¿Nos pedimos tres chupitos?- Cole levanta la voz para que le escuche y se apoya en la barra.
Ella asiente y yo pongo los ojos en blanco.

¿Tendría aguante para el alcohol o tendría que llevármela en mitad de la noche para evitar que hiciera alguna locura?.

Después de dos chupitos y una cerveza tenía mi respuesta.
El panorama era el siguiente: mientras Cole se había ido por ahí con una rubia, Carla estaba moviendo la cabeza en la barra como si le estuvieran dando espasmos.

Maldito desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora