Carla.
Era domingo, al día siguiente tendría que ir a la casa de unos desconocidos para pasar la semana que creía que sería una gran mierda.
- Ve haciendo la maleta que mañana por la mañana hay que madrugar.- ordena mi madre.
- Siempre madrugo.-
- Vamos a ir antes a su casa por que mi bus sale a las 8, ya te lo había dicho... no hagas que se me acabe la paciencia Carla.-Puse los ojos en blanco.
- Sigo sin entender por qué no me dejas quedarme en casa de Miriam.-
- Ni falta que hace que lo entiendas.- y dicho esto sale de mi habitación.Siempre dejaba las conversaciones a medias, era una de las cosas que más me fastidiaba de ella.
Mientras pongo la música para meterme a la ducha pienso en Carlos, también por millonésima vez esa semana.
Desde lo que había hecho a la salida en todas mis narices no soportaba mirarlo, tampoco soportaba el hecho de que hubiera pensado que se preocupaba por mi.
Es que no lo entendía.Se había quedado conmigo hasta que dejé de llorar en un puto banco, saltándose las clases, se había metido entre Jason y yo para sacarme de allí, había mostrado interés en que le contestase el mensaje...
¿Ese que estuve a punto de contestar?
También.
Pero no pude.
Mi orgullo no me lo permitía, mi miedo a que me hicieran daño, por más mínimo que fuese, no me lo permitía.Lo había visto miles de veces esa semana, y solo en una me miró.
Noté su presencia al instante, ese nerviosismo que sentía las pocas veces que estaba con el.
Lo miré.
Lo miré mal.
Se lo merecía.Eso intentaba decirme a mi misma para evitar acercarme a él.
Las demás veces que lo había visto, ni me había mirado.
Estaba más atenta de él de lo que quería admitir.- ¿Me vas a contar ya lo del nuevo?.- Dice Eva en clase de matemáticas.
- Deja de llamarlo así por dios, tiene nombre.-
- Me da igual, cuéntamelo.-
- Primero, se llama Carlos, segundo, no hay nada que contar, creía que podía ser uno de sus juegos, pero se equivocaba.-
- ¿Juegos? lo acabas de conocer...¿no crees que estás un poco paranoica?.-
- No, el Martes me restregó por la cara su nuevo folleteo de tardes.-
- ¿Y eso te importa?.- me sonríe.
- No he dicho que me importe pero...-
- Mira, se que no te gusta que te lo nombren y menos aquí, pero no todos son como él Carla...- dice interrumpiéndome.
- Eva... no sigas por ahí, de verdad, ahora no.-
- Solo digo que te relajes, te conozco y seguramente te has puesto borde, por que siempre lo haces con todos los tíos que se te acercan.-No contesto.
- Tampoco te estoy diciendo que te tires a sus brazos, por que no lo conoces, pero si es simpático contigo y está interesado en conocerte...¿por qué no? ve con calma, con cuidado , no todos son iguales.-
- Lo sé, pero ya te he dicho que se fue con Bianca y no hace falta que te diga que pasó después por que te lo imaginas.-
- Sé que te gusta, si no no me estarías diciendo esto.-La fulmino con la mirada y ella suelta una carcajada.
- Carla, Eva ¿Por qué no os calláis un rato?- nos regaña el profesor.
Y ahí se acaba nuestra conversación.Salgo de la ducha, pensando en todo lo que me había dicho Eva, en parte quería hacerle caso.
Pero por otra parte, imágenes de mi misma tirada en la cama llorando todo el día llegaban a mi mente.
Imágenes de mi misma borrando fotos, conversaciones, vídeos y rompiendo regalos baratos llena de rabia y con lágrimas en los ojos me nublaban por completo.
Tenía miedo a volver a sentir que me caía al vacío. Miedo a sentir que estaba sola. Miedo a no saber controlar la situación.
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Maldito desastre
Teen FictionRealmente me esperaba que alguien me sacara de la burbuja en la que vivo alguna vez. Una burbuja que yo sola he creado después de que me hicieran daño. Tenía la ligera esperanza (aunque muy en el fondo) de que llegara alguien nuevo a mi vida que lo...