Capítulo 47

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Carlos.

Estaba realmente muy cansado, harto, frustrado, rabioso, asqueado y muchas palabras más, aunque no creo que fuesen suficientes para describir lo que estaba sintiendo justo en este momento.

- Repitelo.- gruño intentando levantarme de la silla en la que estoy sentado en frente de mi amigo.
- No hagas un espectáculo joder, si lo llego a saber no te lo digo.- me regaña Dani con desgana.

No sé como demonios se pensaba que iba a reaccionar después de decirme que ese imbécil estaba detrás de mi novia. No entiendo que se esperaba, ¿que fuese allí y le diese la enhorabuena o qué?.

- Deja de comportarte como el típico tío descerebrado, hazme el favor.-

Agarro con demasiada fuerza el tenedor con el que estaba comiendo y le dedico una sonrisa falsa a mi estúpido amigo.

- ¿Cómo te has enterado?.- le pregunto disimulando mi mal humor.

Aver si así se cree que sigo sin tener ganas de reventarle la cabeza a puñetazos. Supongo que Carla tiene razón, debo aprender a controlar un poco mis celos, pero es muy fácil decirlo para ella, yo ahora mismo no tengo a un centenar de chicas detrás intentando pillar cacho.

Es imposible no fijarse cuando estoy con ella de que medio hotel babea cuando la ven. Me toma por loco y paranoico, pero es verdad. Que no se de cuente es algo muy distinto, no me preocupa que pueda tener algo con ellos, porque confío en ella. Lo que me preocupa son las intenciones de los susodichos, que la observan como si fuera una pizza recién hecha, es asqueroso.

- Los demás me han comentado que lo pillaron hablando con su grupo de amigos ayer, sus palabras exactas fueron: " Me está volviendo loco, ya me ha rechazado, pero no se que más hacer para sacármela de la cabeza, no sé si volver a insistirle para probar suerte".-

Se me revuelve el estómago al escucharlo. Pero quien demonios se había creído que era, y por qué Carla no me había dicho nada de esa declaración.
Estoy seguro de que me lo ha ocultado para no ocasionar una pelea innecesaria, aunque yo creo que si que es necesaria, y mucho.

Al ver como mis ojos recorren todo el restaurante en busca de ese tío, Dani me da un golpe en el brazo para que mi atención vuelva a él.

- Si Carla se entera de que le has puesto una mano encima se va a cabrear.- me avisa.
- Es que no se va a enterar.- digo con determinación.- espero que no se te ocurra decirle nada.-

Pone los ojos en blanco y cruzándose de brazos pide la cuenta al camarero que acaba de pasar por nuestro lado.

Y es que el imbécil que le había tirado la caña a mi novia no era otro que el mismo con el que se besó para ponerme celoso. Ya tenía mucho lío en la cabeza como para que encima se uniera este a la fiesta.

Eran las once de la mañana y habíamos bajado a desayunar en el mismo hotel porque Carla no había querido salir hoy a la cafetería de siempre. Y agradezco su evidente pereza, porque si no, no me hubiera enterado de nada.

Dani paga y nos vamos andando hasta recepción donde nos encontramos con Óscar y Javi que parecen estar muy entretenidos observando a una chica rubia que acaba de pasar por su lado.

A mi las ganas de mirar de esa manera a alguna chica se me pasaron hace mucho tiempo, ya ni me acuerdo de cuando hice un comentario sobre eso. Supongo que he tenido cosas más importantes en las que pensar que en el sexo opuesto.

Mientras nos vamos acercando me percato de que mis dos amigos tienen unas bolsas con lo que creo que es bebida. Al mirar mejor descubro a una tercera persona entre ellos.

Maldito desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora