Carlos.
Se que lo que hice fue de auténtico cabrón, y más teniendo en cuenta que me fui a casa de Bianca.
Estaba tan tenso esos días, me sentía tan presionado que terminé por hacer lo que hacía siempre en estos casos.Aviso a mis padres que no voy a llegar a comer por que me voy a casa de un amigo del instituto para hacer un trabajo y vamos a su casa.
-Mis padres no están- Me dice ella mirándome con doble intención.
- Bien- le digo serio.No, no estaba bien. La estaba utilizando para olvidarme de mis problemas y de mi enorme deseo de volver, coger a Carla y llevármela a algún sitio para explicarle todo.
Tenía esa inmensa necesidad de conocerla, de que me conociese a mí y de contarle todo mi pasado para que entendiese por que estaba haciendo todo esto.Lo que no podía era explicarme a mí mismo por que quería hacer eso cuando acababa de conocerla. Obviamente nunca me había pasado, siempre pensaba en lo estúpido y cursi que sonaban todas las parejas cuando les preguntabas cuando se habían enamorado.
"La primera vez que la vi, supe que era para mi"Ya claro.
Lo que tenía seguro es que no estaba enamorado de ella, lo que no tenía seguro era por que me importaba tanto.
Aunque a decir verdad nunca me había enamorado de nadie, no se lo que se siente...Me iba a volver loco.
Y como ya he dicho, todo eso que me preocupaba lo quería olvidar de la única manera que podía.Entramos en la casa de Bianca, y nada más cerrar la puerta, la agarro de la parte de atrás de cuello y la beso. La beso con rabia, con prisa, con deseo de placer.
Ella no se opone en absoluto, es más, hasta podría decir que es lo que ansiaba.
Enrolla sus piernas en mi cintura mientras la sujeto por los muslos.
La llevo hacia el sofá que está pegado a la pared y me siento con ella encima.
La separo un segundo y le digo:- ¿Estás segura?-
Me mira, se pasa la lengua por los labios y sonríe.
No hace falta decir más, y tampoco creo que sea necesario explicar lo que pasó después.- Me voy- añado tumbado en el sofá con ella encima.
-¿Tan pronto?- Me pregunta incorporándose un poco.
- He quedado con mis padres-La aparto mientras me mira con el ceño fruncido.
- ¿Mañana quedamos?-
Suspiro.
Ya empezamos.- No lo sé-
Me pongo los pantalones y el resto de la ropa lo más rápido que puedo y salgo de allí.
Me arrepiento al instante en el que salgo por la puerta de su casa.
Me había olvidado de todo por un rato, pero en consecuencia ahora tendría a Bianca pegada como una lapa.- Viene una chica a nuestra casa el lunes que viene- me anuncia mi madre.
Yo que estaba de pie de camino a mi habitación me paro en seco.
-¿Quién?¿Por qué?-
- Es hermana de unos amigos que trabajaron con nosotros en Almería-
- ¿Y para que?-
- Su madre tiene que irse y nos a pedido que se quede-
- ¿No se puede cuidar solita?¿Cuántos años tiene?- suelto con desagrado.
- Basta Carlos-Suspiro y me voy hacia mi habitación.
A todo lo que ya tenía se sumaba que vendría a vivir una semana una desconocida.
No me hacía responsable de lo que hiciera esa semana.Me meto en mi habitación y no salgo en toda la tarde hasta la mañana siguiente que me levanto para ir al instituto.
La semana termina como había empezado, mal.
No es que hubiese pasado nada, simplemente ignorarla me fastidiaba mucho.
Al día siguiente de que me fuera a casa de Bianca creía que me hablaría para pedirme explicaciones, es lo que haría cualquier chica a la que le hubiera hecho eso, pero era evidente que ella no era cualquier chica.Simplemente en un cambio de clase, nos cruzamos me miró y pasó por mi lado como si nunca me hubiera conocido.
Podría decir que eso hizo que estuviera de mal humor todo el puto día.- ¿Que te pasa tío?¿No has follado en una semana?¿Quieres ayuda?- Bromea Marcos riéndose.
- Quiero que cierres la puta boca- Contesto mirándolo con mala gana.Levanta los brazos en signo de rendición y se va.
- ¿Qué te pasa Carlos? ¿Quieres que quedemos hoy para... que te desestreses?-
Y eso me hace ponerme todavía más de mal humor.
-No Bianca, no quiero- me levanto de la silla para ir al baño y dejar de verla un rato.
Al salir de la clase me la encuentro hablando con ese tal Pedro.
Se estaba riendo con el.
Llevaba una coleta con algunos pelos sueltos que le caían por la cara, una camiseta gris y unos leggins negros.
La vi alegre, tenía hoyuelos al sonreír.
Desee estar con ella.
Pero como no, pase por su lado y la sonrisa se le borró de la cara y se convirtió en una mirada de asco.
Volvió a mi mente mi objetivo.
Así que desvíe la mirada, y seguí hasta el baño.No la miré más en toda la semana.
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Maldito desastre
Ficção AdolescenteRealmente me esperaba que alguien me sacara de la burbuja en la que vivo alguna vez. Una burbuja que yo sola he creado después de que me hicieran daño. Tenía la ligera esperanza (aunque muy en el fondo) de que llegara alguien nuevo a mi vida que lo...