Carlos.
Cuando me separé de ella lo hice en contra de mi voluntad.
No quería separarme, pero no fui consciente de lo que hice hasta que sentí algo que no podía pasar.
¿O si?Cuando la había tocado mi cuerpo se había amoldado al de ella, había reaccionado como nunca lo había hecho con ninguna mujer.
Mi cuerpo se había encendido literalmente, un calor me quemaba y me pedía que le hiciera cosas que no estaba preparado para hacerle y menos a ella.Intenté convencerme de que había sentido lo mismo, pero tampoco supe como reaccionar ante esto así que creí que lo mejor era dejar que pensase que no había significado nada para mi.
Me arrepentí en el momento en que salió por la puerta del coche.
Esto era nuevo, no sabía como afrontarlo y no estaba preparado para decirle que me gustaba, sonaría ridículo decirle que me sentía atraído por ella de la noche a la mañana.
Me quedé un rato en el coche pensando y mirando a su ventana. Parecía la típica escena de película ñoña que siempre había criticado.
Que ironía.Me suena la alarma a las 6:30 como todos los días.
No había bebido mucho, así que no tenía mucho más que un ligero dolor de cabeza y una sensación de cansancio increíble. Doy vueltas sobre la cama hasta que me levanto para ducharme.
Nada más salir mi mirada se va a la habitación de enfrente, ¿Estaría despierta o se habría quedado dormida?.
Si no salía hasta que me duchara entraría a despertarla, teníamos que coger el bus por que mi padre no llegaba hasta las 9.Es la típica ducha en la que por tu mente solo pasan recuerdos que no quieres tener mientras el agua caliente te cae sobre la cara.
A pesar de haber dormido dos horas y poco más estaba muy activo, la sensación de cansancio con la que me había levantado desapareció y sorprendentemente estaba de buen humor.Cuando salgo del baño, únicamente tengo envuelta una toalla alrededor de la cintura, así que una oleada de frío me envuelve cuando abro la puerta para irme a mi habitación.
Mientras me seco el pelo con una toalla cruzo el pasillo para ir a mi cuarto y justo al abrir la puerta, se abre también la de nuestra querida invitada.Tiene el pelo en un moño mal hecho con algunos mechones cayéndole por la cara, unas ojeras kilométricas, lleva un pijama rosa que le queda enorme y al parecer no se ha dado cuenta que estoy en frente suya.
Su cara de sueño hace que contenga una sonrisa. Con una mano sostiene la puerta mientras con la otra se rasca la cabeza.- Buenos días- la saludo.
Me mira y tarda en contestar.
Parece que le costaba asimilar que estaba de ahí de pie.- Hola- me ignora al pasar y va hacia el baño.
- Tienes baño en tu habitación... aunque si te hace ilusión compartirlo conmigo...-Se para en seco a mitad de camino y se gira hacia mi. Abre los ojos como platos cuando se da cuenta de cómo iba.
Creo que hasta a mi se me había olvidado que solo tenía una toalla y que además tenía un frío de cojones.- Se me había olvidado- dice desviando la mirada al instante mientras se va a su habitación.
La sigo con la mirada hasta que se pone a mi altura.
- ¿Por que sigues ahí de pie? ¿No tienes frío?- señalacon la cabeza mi pecho.
- No mucho, soy una persona caliente- intento reprimir una sonrisa.
- Seguro que sí- me da la espalda y cierra la puerta de la habitación.Y en ese mismo instante me meto en la mía, cojo la ropa y me la pongo corriendo del frío que tengo.
Pongo un momento el aire para calentarme un poco y cojo el móvil para revisar los mensajes que no he contestado.
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Maldito desastre
Teen FictionRealmente me esperaba que alguien me sacara de la burbuja en la que vivo alguna vez. Una burbuja que yo sola he creado después de que me hicieran daño. Tenía la ligera esperanza (aunque muy en el fondo) de que llegara alguien nuevo a mi vida que lo...