Capítulo 29

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Míriam.

Vale, reconozco que soy una imbécil por haberla dejado sola, pero había visto a Cole en la otra punta bailando con una pelirroja, no podía permitirlo y menos como estaba de borracha.
También reconozco que le mentí...ya conocía a Cole.

Lo vi por primera vez hace un año en un bar, cuando estábamos unos cuantos sentados en una mesa. Nada más fijarme en él pude sentir la tentación de algo difícil, algo complicado, algo que me iba a traer muchos problemas.
Nunca me han gustado los tíos fáciles, los que no tienen nada que aportar a mi vida, los que en resumen; aburren.
He tenido bastantes relaciones fallidas, se puede decir que soy experta en ser fracasada en el amor.

- ¡Eh Cole! ¿ya no saludas?.- dijo la chica que tenía al lado.

Tenía puesto una camisa negra y unos vaqueros azules.
No había visto a alguien así en mi vida, y cómo no, caí como una tonta.
Nuestras miradas se cruzaron y está claro que yo tampoco pasé desapercibida para él.

Hasta hace unos días yo tampoco sabía que tenía un hermano, y menos que era el mismo con el que estaba ella.

Cole nunca me había dejado saber nada de su familia, y cuando me dijo que su hermano estaba pillado por una enana de pelo rizado que se llamaba Carla, casi me da un infarto.
Antes incluso de involucrarme con él ya sabía cómo iba a acabar, era el típico tío que no podía estar con una solamente, y en un principio no me importaba, acordamos que sería solamente una relación sexual, y fue bien... durante un tiempo.

Empecé a pillarme sin darme cuenta, me sentía vacía si no lo tenía al lado, lo necesitaba para estar bien, me obsesioné como una gilipollas y ¿qué hizo él?, nada.
Todo pasó demasiado rápido, un año, un año llevaba en mi vida y parece como si lo hubiera tenido siempre.
Lo malo es que ya era un círculo vicioso en el que había caído yo sola, y varias veces había estado a punto de acabar con todo.

Suspira mientras se incorpora en la cama y se pasa la mano por el pelo.

- Acordamos lo que sería Míriam.-
- Lo sé.-
- Lo sabes...-

Nos quedamos en silencio hasta que se levanta y se dirige a la puerta con su ropa en la mano.

- ¿Dónde vas?.- le pregunto aún sabiendo la respuesta.
- Necesito estar solo.-

Y sale por la puerta dejándome sola, queriéndome morir.
Esa fue la primera vez que le dije directamente que yo ya no esperaba simplemente una relación basada en el sexo.

Básicamente me dejó de hablar durante unas semanas hasta que un día me dijo que estaría en una fiesta, y yo fui solo para verlo, desesperada, ansiosa y echándolo muchísimo de menos.

No fue muy agradable encontrarme a un Cole borracho con otra rubia en las piernas.
Sobra decir que no soy el tipo de persona que se deja humillar de nadie, aunque suena irónico, por que no recuerdo haberme arrastrado más por un chico.

Acabé por pelearme con aquella chica y con Cole llevándome a mi casa.

- ¿Algún día vas a madurar?.-
- Lo mismo digo, enano.-
- ¿Enano? solo me llevas dos años.-
- Por eso mismo, me parece que al que le falta madurez es a ti, yo no estoy acostándome con el primero que veo cada semana.

Veo como una sonrisa aparece en sus labios y me derrito.

- ¿Celosa?.-

No contesto.

- Cuídate.- dice al parar el coche en frente de mi casa.

Se que significa eso.
Significa; no te metas en mi vida, voy a seguir acostándome con quien me de la gana, me importan una mierda tú y tu opinión, pero cuídate.
Salgo del coche dando un portazo, uno de los muchos que doy cuando estoy con él.

Maldito desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora