Carla.
No tenía absolutamente ni idea de quienes eran los que me estaban mirando con tanta intensidad. Casi parecía que me conociesen a la perfección, es decir, me contemplaban muy preocupados. Eran dos chicos y una chica. Uno de ellos no paraba de repetir mi nombre para llamar mi atención, y en cuanto le pregunté quien era palideció. Al parecer si que me conocían, yo era la única perdida en todo esto.
Empezando por la chica, que era la que estaba más cerca de mi con una mano apoyada en mi hombro. Distinguía un leve moratón en su mejilla, su pelo rubio estaba recogido en un moño descuidado. Sus pintas me indicaban que no se había esmerado mucho en vestirse bien. No llevaba maquillaje, por lo que podía fijarme en las grandes ojeras bajo sus ojos.
A su lado un chico rubio guapo, por el contrario estaba más arreglado. Un jersey azul de lana y unos vaqueros demostraban que se había parado a mirarse en el espejo varias veces. La expresión que me mostraba era la misma que la de la chica.
Justo en frente de ellos, a mi otro lado, el chico con pelo negro que parecía el más asustado de los tres estaba echo un desastre. Algo me hacía sospechar de que también estaba ingresado aquí, igual que yo, por su horrible bata verde y el suero que colgaba por encima de su cabeza. Pero, ¿como se supone que he llegado hasta aquí? ¿Y por qué parece que la única que no sabe lo que está pasando soy yo?
- No entiendo nada, me quiero ir.-
Ante el silencio incómodo que hay, decido no esperar ni un segundo más antes de levantarme para buscar a alguien que me explique porque lo único que recuerdo es como me llamo. Y ni siquiera se como es que lo sé, simplemente estoy segura de que mi nombre es Carla, pero bien podría llamarme Nuria o Roberta. ¿Por qué no me acuerdo de nada?
Tengo todas las intenciones de incorporarme, pero por desgracia no puedo. Me acabo de dar cuenta de que me duele hasta respirar.
- ¿Por qué no sabe quienes somos?.-
- No lo sé.-
- ¡El médico no había dicho nada acerca de esto!.-
- Vamos a calmarnos, esto no le va a venir bien a ella.-
- No sabe quien soy.-
- Vale, seguro que es normal, acaba de despertarse, en unos minutos empezará a recordar todo...-
- ¡¿Dónde está el puto médico?!.-No paran de hablar demasiado alto. No puedo pensar con claridad si no paran de gritarse unos a otros. El pelinegro es el que parece estar más alterado, no para de moverse inquieto. Me encantaría saber de que me conoce, ya de por si me imagino que no me va a caer bien. Tiene pinta de ser agresivo.
Trato de frotarme los ojos para espabilarme pero no puedo, tengo la cara llena de cicatrices que siento que se van a poner a sangrar en cualquier momento. No sé que es lo que me ha pasado, pero necesito saberlo. No sé quien soy, no sé quienes son estas personas, no sé nada.
- ¿Puedes calmarte?, ¿no ves que está asustada?.- regaña la rubia señalándome.- ¿recuerdas tu nombre verdad?.-
Asiento levemente.
- Es de lo único que me acuerdo.-
- Genial.- dice resoplando otra vez el agresivo.
- ¿Quieres callarte Carlos?.-Carlos. Me suena ese nombre. No sé si por que es muy común o porque tiene algo que ver conmigo. Una sensación extraña me recorre el cuerpo al escucharlo.
- Bien.- vuelve a hablar.- yo soy Míriam y este es Lucas.-
De repente una inexplicable alegría me invade entera, de pies a cabeza. Aún no recuerdo de que los conozco, pero creo que debieron ser muy importantes como para que reaccioné así sin ni siquiera recordarlos.
- Tranquila, no hay prisa.- me tranquiliza con una sonrisa que agradezco.
Por mucho que esté intentado recordar algo, lo más mínimo, en mi mente solo hay una cosa: vacío. Estoy en blanco, es como si acabara de nacer, sin memoria.
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Maldito desastre
Genç KurguRealmente me esperaba que alguien me sacara de la burbuja en la que vivo alguna vez. Una burbuja que yo sola he creado después de que me hicieran daño. Tenía la ligera esperanza (aunque muy en el fondo) de que llegara alguien nuevo a mi vida que lo...