Ella sería suya

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Los días pasaban y Haendel se encontraba preocupada por los misterios que le ocultaba su hermana. No sabía que hacía allí ni como había llegado, pero estaba tan vigilada que no habia podido ir en su busca. Sin embargo pronto fue sacada de esos pensamientos ya que empezaba de nuevo el ritual que le acompañaba día a día durante esa hora. Primero unas sirvientas entraban para dejarle el desayuno, el traje que debía usar ese día, arreglarla, perfumarla ...para que su ayuda personal la vistiera. 

A medio día Rahotep y un nutrido grupo de sacerdotes del templo de Amón entrarían para instruirla en todos los conocimientos que una primera esposa del faraón debía conocer: la agricultura, el comercio, la religión,etc. Sin embargo hoy decidió que sería distinto.

Haendel creía que debía hacer algo y un plan rondaba su cabeza, lo que hacía que se moviese nerviosamente por al habitación.

Señora ¿le ocurre algo? dijo Adama mientras la veía deambular por  la estancia.

No nada. Voy a meterme sola en el baño....

¿Sola?¿ no necesita ayuda? Pero señora...

Sola ¿ no me has oído? dijo mientras se quitaba la túnica y se metía en el burbujeante baño. No quería pensar más. La cabeza le iba a estallar. Le habían ocurrido tantas cosas en tan poco tiempo.... había perdido a Nasser y lo echaba mucho de menos, pero se sentía mal porque hacía pocas noches se había despertado pensando en el faraón y no solo pensando, sino al despertar todavía sentía el calor de sus manos en sus pechos....¿que le estaba pasando? Tenía que hablar con Nasser, necesitaba verlo, tocarlo, decirle todas las cosas que tenía acumuladas en su interior y hoy sería el día, pensó mientras salía decidida del baño y se dirigía hacia esos ropajes ya preparados con sumo cuidado por sus sirvientas.

Necesitaba el valor que ese impulso del corazón le estaba dando en esos momentos. Tenía que aprovecharlo o no se lo perdonaría nunca. El día de la ceremonia se estaba acercando  y si no lo hacía ahora no podría intentarlo de nuevo.

Adama, ayúdame a vestirme por favor y date prisa.

Enseguida señora. Aquí esta el traje para hoy.

No lo quiero. Ese no. dijo con resolución.

Pero señora... no tiene otro. No dispondrá de vestuario propio hasta después de la ceremonia...

Ya, pero ese es que no me sirve.. dame tu vestido.

Pero ¿el mio? señora perdone pero no lo puedo hacer. No esta a su altura.

He dicho que quiero el tuyo. Tu ponte el mio y todo arreglado . Lo único que tienes que hacer es seguir mis instrucciones.

Pero señora ¿Que se propone hacer?

Salir de aquí.

Creo que el calor le esta afectando....nadie puede salir de aquí y menos usted, la futura esposa del faraón...¡ quiere que nos maten a todos! Además pronto llegará Rahotep...

Y ahí entras tu.

¿Como?

Pues poniéndote mi vestido, te sitúas de espaldas a la puerta, mirando al balcón para que creas que soy yo y mientras yo salgo con la ropa sucia para intentar salir del palacio.

Pero me descubrirán enseguida y me castigarán.

Pues entonces métete en mi cama y finge estar enferma... para cuando lo descubran ya estaré lejos...

NO señora, yo no me atrevo, porque luego el castigo es para mi.

Tengo una idea...tomate estas gotas.

La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora