¿Celos?

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Al día siguiente todo el pueblo estaba en fiestas, ya que en el mes de Julio, cuando el río se desbordaba, se sucedían los festejos. En todas partes se expresa el reconocimiento al dios Hapi, el río deificado. Se cantan alabanzas e himnos en honor de las estatuillas que representan a Hapi como un campesino y también se elevan plegarias a Thutmes III.

Ha llegado el tiempo de agradecer a Amón que los graneros están repletos y que ha concedido una vez más la vida a los hijos del Nilo, ya que el nuevo año tendremos mas cosechas, por lo que los egipcios van a dar gracias al dios en una fiesta clamorosa encabezada por el propio faraon en persona y sus allegados.

Haendel y Thutmés ya estaban listos, al igual que Meritré. Los tres en un inmenso cortejo salen por el paso privado de palacio hasta el Nilo donde les esperaba la flotilla real. Thutmes no podía quitar ojo a Haendel y cada vez que se acercaba su corazón latía con más fuerza. No sabía lo que había hecho esa mujer pero estaba loco por ella.

Previamente Rahotep ole habia explicado a Haendel que esa gran conmemoración consistía en trasladar la estatua de Amón, divinidad protectora de Tebas, desde su templo en Karnak a su nuevo templo, el de Luxor y a su vez agradecerle a el y al dios Hapi, la fecundidad de las tierras de Egipto.

Una vez frente a la flotilla real, compuesta por bellos navíos muy decorados y coronados por los estandartes reales, Haendel se sintió pequeñita.

Thutmes, dijo secamente Meritre. Yo prefiero ir en el segundo barco real.

NO, Meritré. Las diferencias personales no quitan que tu también seas mi esposa y que como tal deberás ir en el barco en el que yo vaya.

Si así lo deseas....pero ¿no me dijiste que no me acercara más a tu esposa?

No enciendas mi ira Meritré. No enciendas mi ira- dijo mientras cogía de las manos a ambas para subir al mismo. El pueblo nos debe ver unidos. Eres hija de faraón . Debes actuar como tal.

Haendel, ajena a todo solo intentaba reconocer entre la multitud que se agolpaba a las orillas para ver el paso de la comitiva real, a la familia de Seneb, pero más concretamente su alma deseaba fervientemente poder ver a Nasser, aunque solo fuera un instante.

En esos momentos Nofret, grito entusiasmada. Mirad es Haendel. Está allí, allí.dijo mientras todos intentaban reconocerla.

No nos verá por mucho que muevas los brazos y además aunque lo hiciera no te iba a hacer caso. Ahora es nuestra faraona- dijo Seneb orgulloso.

En ese momento Caleb se acerco hacia Haendel y disimuladamente le indico el lugar en el que Seneb y su familia se iba a situar durante el recorrido, por si quería verlos.

Señora, si deseas verlos, es mejor que vayas a proa. Desde allí estarás más cerca y podrás verlos mejor- dijo mientras esta le seguía ante la sorpresa de Thutmes, que la siguió intrigado.

En proa, Haendel pudo distinguir perfectamente a la familia de Seneb y empezó a saludarlos moviendo rápidamente los brazos, pero ni rastro de Nasser...

¿Ves? nos ha saludado. No nos ha olvidado- dijo Karomama a Seneb que no daba crédito a lo que veía.

¿Que crees que estás haciendo? dijo Thutmes  mientras la sujetaba bruscamente para que no pudiera seguir saludando.

Solo estaba saludando a mi familia. 

Tu familia soy yo. No lo olvides. Tu solo me perteneces a mí- dijo mientras la apretaba tan fuertemente que casi le corta la respiración con el contacto de su cuerpo y cuando estaba a punto de besarla, apareció Meritré que celosa, contemplaba la escena.

La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora