La Profecía de Amón

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Toda Tebas estaba dormida. ¿Toda? Toda no. El Templo de Amón se encontraba revuelto. Dentro todas las salas se encontraban iluminadas por grandes teas que indicaban que esa noche era especial, ya que  era la noche en la que preparaban la ceremonia augorística, en la que el gran sacerdote del templo de Amón se comunicaría directamente con el gran dios.

Debido a esto todos los sacerdotes se habían vestido lujosamente y traían  en unos recipientes entrañas de los cocodrilos sagrados del templo. Una vez preparada, apareció el gran sacerdote sosteniendo en sus manos la cabeza de un gran ejemplar y situándose ante un rico altar donde se encontraba la estatua del dios echó todas las vísceras sobre el y volviéndose ante el dios levantando las manos inició una plegaria:

Oh Amón, dios de dioses, inspira a este, tu humilde siervo, habla a través de él e iluminalo para que comprenda tu mensaje, grito mientras removía toda esa masa viscosa. Mientras su rostro  empezaba a transformarse se volvió hacia  los sacerdotes gritando

El gran dios Amón ha hablado.Ella está aquí...

Un gran murmullo inundó la sala....

Hay que comunicárselo al faraón e iniciar la búsqueda inmediatamente. Amón lo quiere así. Ahora traed las ofrendas.

En ese momento aparecieron otros muchos sacerdotes que portaban en sus brazos numerosas flores, frutas, animales y los más diversos regalos que iban dejando a los pies de la estatua mientras el resto lanzaba unos cánticos que resonaron en toda Tebas.

La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora