Pelea de gatas

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Los días iban transcurriendo placidamente en Tebas. Los campesinos sembraban los campos, los cuidaban, segaban y reponian los cereales en los depositos bajo la estricta vigilancia del escriba de su amo. En la ciudad trabajaban sin descanso artesanos, alfareros, escultores, ebanistas y un largo etc. Los sacerdotes seguian dirigiendo la cultura haciendo conservar las tradiciones, garantizando el patriotismo y haciendo funcionar la enseñanza y lejos, en los desiertos y las minas , trabajaban a un ritmo agotador los encargados de suministrar el material que luego sería empleado en las fatigosas labores del campo. Todo marchaba correctamente.

Merseak una hermosa joven de cabellos negros como la noche, se dirigía a casa de Seneb para llevarle todos los encargos que Karomama les hizo a él y a su hermano, ya se acercaba la fecha de la boda.

Hola ¿hay alguien en casa? dijo mientras entraba en ella.

Hola Merseak- respondio Haendel. Solo estoy yo, pero pasa no creo que tarden mucho. Han ido a hacer unos recados y mientras me he quedado fregando un poco- dijo mientras soltaba el cubo con agua que iba a utilizar. ¿Como tu por aquí? ¿Te apetece algo para beber? Hoy hace un sol impresionante....-dijo intentando agradarla.

Ya ves, traigo los encargos para tu boda.- dijo esta mientras le daba la espalda.

Mira Merseak, he intentado tener paciencia pero ya no aguanto más tus insolencias.

No se que quieres decir ni a que te refieres- dijo esta secamente mientras cogia el jabon que tenia preparado Haendel para fregar el suelo y lo miraba distraidamente.

Si sabes lo que quiero decir. Te voy a ser franca aprovechando que estamos solas. ¿Se puede saber que tienes en mi contra? Desde que llegue e intentado por todos los medios llevarme bien contigo y por mucho que lo intento siempre  me respondes bruscamente o de mala manera. Me gustaria saber por qué- dijo mientras la cogia por los hombros para darle la vuelta.

Ahhh, que inocente....¿pero no lo sabes? respondió esta con sarcasmo.

No, no lo sé y me gustaría que una vez por todas pusiéramos las cartas sobre la mesa.

¡Eres una maldita ladrona! dijo esta mientras se giraba bruscamente y le tiraba la pastilla de jabón con todas sus fuerzas, mientras mostraba unos ojos enrojecidos por la ira. No lo querías saber, pues ya lo sabes, eso es lo que eres para mi, una maldita ladrona extranjera.

¿una ladrona? dijo mientras esquivaba el objeto. Ahora soy yo la que no te entiendo.

Si, no te hagas la inocente, todos en esta casa sabían que si no hubiese sido por tu inesperada aparición, sería yo la futura esposa de Nasser y no tu- dijo esta defendiendo sus argumentos con lagrimas en los ojos mientras cogia un cuchillo de la mesa.

Ohh, yo lo siento. No sabia que tu---dijo Haendel  intentando separarse de ella.

Si, yo tenia que ser la prometida. Estos preparativos tenían que ser la de mi boda y no la tuya- dijo mientras se lanzaba hacia Haendel, que empezo a correr alrededor de la mesa. Debes calmarte, yo no sabía nada. Lo siento mucho....dijo mientras intentaba calmarla. Pero deja el cuchillo y hablemos...esto no conduciría a nada.

Dejame- dijo mientras forcejeaba con Haendel- Tu no lo mereces, solo lo conoces desde hace pocos meses. Tu no lo has acompañado ni consolado cuando lo ha necesitado durante estos años, tu no estabas a su lado cuando necesitaba apoyo, ni has festejado con el las alegrías... Solo eres una desconocida para él al que has impresionado con tu rubio cabello y cara de ángel, solo eso.. nunca lo harás feliz...el solo te desea, como se desean las cosas nuevas, pero pronto se cansará de tí, porque eso eres solo para el, un cuerpo con el que desfogar su fuego y calentar su cama...

En esos momentos Haendel, soltandola, se dirigió hacia la ventana y allí permaneció callada durante unos minutos, dejando sorprendida a Merseak que esperaba que luchase con ella, no que permaneciera impasible como una estatua.

¿Que?¿No dices nada? pregunto Merseak mientras se dirigia desafiante hacia ella. ¿Tan poco te importa Nasser que no luchas por el? ¿es que acaso no lo amas? Pues esa es la diferencia entre tu y yo....yo mataría por él- dijo mientras salía bruscamente de la casa dandole una patada al cubo derramando todo el agua por la habitación.

Todas estas palabras hicieron que algo se rompiera en su interior....es cierto, no lo había pensado ¿en realidad lo amaba o solo era deseo lo que la dominaba? En esos momentos se acordó de los besos furtivos y las caricias que inundaban todo su cuerpo cuando por las noches se encontraban en la terraza mientras todos dormían.  Aún recordaba el último encuentro cuando Nasser se acerco lentamente a su boca y le dio un beso cálido y húmedo y como este acerco su lengua a Haendel pidiendo permiso para entrar, sintiendo un destello dentro de sus cuerpos que les pedía intensificar el beso, besando cada vez mas fuerte hasta que se le escapo un pequeño gemido. En esos momentos Nasser despego sus labios y tomándola suavemente de la cabeza la miro fijamente a sus ojos sintiendo como el deseo invadía su cuerpo haciendo que el miedo a lo que se avecinaba lo apartase de el y buscase refugio en su habitación.

Desearlo lo deseaba sin lugar a dudas, pero ¿ realmente lo amaba ?





La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora