La huída

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Sandré aprovechando que no fue convocada a la expedición del Punt , aprovechó para poner en orden sus ideas e intentar alejarse para siempre de Kaemhesib. Para ello pensó que iba abandonar el ejército y con el dinero que había ahorrado volver a su país de origen y donde podría olvidar a éste, ya que mientras se encontrase en Egipto, nunca podría volver a vestirse de mujer pues siempre estaría con el temor de que la reconociesen y la condenasen por abandonar a su prometido, ya que eso estaba considerado como un delito en Egipto. Sabía que su hermana y su marido, el faraón podía ayudarla, pero no quería pedir ningún favor a nadie, además eso solo podría causar cierto malestar en la corte por ser interpretado como un trato  de favor, además de que era demasiado orgullosa para eso. Siempre había sabido arreglárselas muy bien sola. 

Así pues, sin pensarlo dos veces y sin mirar atrás, al mismo tiempo que partían las embarcaciones, partía tambien ella hacia un largo viaje, un viaje cuyo fin se encontraba en las tierras del norte.

Mientras,el hombre pagado por el viejo que días atrás la  siguió hasta el cuartel ,se presentó ante Kemhesib.

Me han dicho que me busca. ¿Qué desea con tanta urgencia?

Busco a un soldado.

¿Como se llama?

No lo sé. Pero es delgado, no muy alto, con el pelo corto castaño y ojos verdes. Es lo único que le puedo decir, aunque creo que lo distinguirá fácilmente porque no abundan los soldados con ese color de ojos- dijo ese individuo sarcásticamente.

Un escalofrío recorrió la espalda de Kaemhesib. Sin duda se trataba de Reherka.

¿Me podría decir donde esta? Tengo asuntos que resolver con él.

¿Que tipo de asuntos? dijo Kaemhesib intrigado viendo las malas pintas que tenía este.

Asuntos de mujeres- dijo desagradablemente ese individuo mientras soltaba una sonora y enorme carcarjada como si hubiese hecho un mal chiste.

Siento informarle que se encuentra en la expedición del Punt- dijo este mintiendo descaradamente.

Mierda- dijo este al escuchar estas palabras, saliendo como una ráfaga de la habitación dejando a Kaemhesib bastante preocupado, pues ahora que caía, hacia días que no lo había visto por el cuartel.

Días después, Sandré ( Reherka) ya se encontraba en Copto. Tenía que descansar un poco, el viaje había sido largo.  Estaba alojada en una posada del centro de la ciudad y al parecer la única de toda ésta a juzgar por la cantidad de extranjeros que pernoctaban en ella. Durante esos días había salido de su habitación lo imprescindible ya que solo quería embarcar sin problemas. El último día de permanencia allí y cuando se dirigía al puerto, saliendo de la posada choco con un individuo que la miro sorprendido, como si acabase de ver un fantasma salido de la mismísima ultratumba y esta nerviosa opto por salir corriendo y montarse en un caballo. Sería mejor viajar así que en el barco. Así al menos se aseguraba que a partir de ese momento sería el único compañero que compartiría con ella  las horas de soledad que iba a vivir durante el viaje.

Que suerte he tenido- pensó el individuo que días atrás había preguntado por ella en el cuartel-. Así que no estas de viaje- dijo mientras se apresuraba a comprar provisiones para seguirla e intentar capturarla. Esperaré que anochezca para atacarla- pensó-

Cuando el sol ya se iba a ocultar, Sandré estaba buscando un sitio para acampar sin percatarse de que un individuo la seguía a distancia. Entonces se situó al abrigo de una palmera, saco sus mantas y después de comer un poco se acostó para continuar al día siguiente su viaje en cuanto salieran los primeros rayos de sol.

La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora