Secretos ocultos

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A centenares de kilómetros de Tebas, sobre las gruesas murallas de ladrillo de las fortalezas, los soldados observan las infinitas arenas del desierto. Ver a  Thutmés III en carne y hueso, cruzar acaso la mirada con el y recibir el collar de oro con el que se recompensa a los oficiales mas valerosos es el sueño de Kaemhesit, sin embargo Sandre solo soñaba con el anonimato que esa soledad le proporcionaba y como no con ese valiente soldado cuyo cuerpo recorría cada noche con la mirada mientras el deseo le quemaba por dentro.

Hoy era el primer día que se habían enfrentado al enemigo y la verdad había sido un combate muy intenso. Kaemhesib no dejaba de mirarla , a pesar de esa aparente fragilidad había luchado muy bien, pensaba mientras la desnudaba con la mirada y luchaba contra su fuego interior ¿desde cuando le gustaban los hombres? pensaba debatiéndose entre el deseo y la razón.

Ej ejército enemigo habia sido arrasado casi en su totalidad, debido a las incursiones previas que llevaron a cabo loso mercenarios que componían el ejército del faraón. Mañana sera el día decisivo dijo mientras cansado se dirigía hacia su tienda de campaña a descansar. Estando inmerso en esos pensamientos de victoria un joven tropezó con él.

Lo siento, no te habia visto- dijo apresuradamente Caleb.

No importa hoy no hay luna, esta todo muy oscuro- dijo Kaemhesib.

Soy Caleb- dijo ofreciéndole la mano.

Yo soy Kaemhesib y este es Reherka- dijo señalando a Sandre.

¿Como es que no te he visto antes? Suelo conocer a todos los soldados.

Es que solo llevo quince días. Me apunte para la batalla.

¿Solo? dijo lanzando una gran carcajada que rompió por unos instantes el silencio de la noche.

Un novato. ¿pero acaso no ves lo duro de la guerra? ¿Es que no tienes a nadie que te importe esperándote? Eres un temerario...alistarte sin siquiera tener entrenamiento.

Si que tengo, bueno, la verdad es que ahora estoy ayudando a los soldados con los caballos y todo eso, pero algún día espero luchar en primera linea de batalla y si, tengo a mis padres esperándome en Tebas.

Pensaba que estabas huyendo de un lío de faldas....dijo con una risotada.

No señor. Es un honor pertenecer al ejercito del faraón. Pero ¿y usted? ¿Tiene a alguien esperándole?

Pues no, no tengo a nadie. Todavia no he encontrado a una mujer que me haga perder la cabeza,aunque lo estoy deseando- dijo mientras lanzaba una mirada a Sandre  para ver su reacción.

¿y tu Reherka? 

No, no no tengo a ninguna mujer esperándome...-dijo mientras mostraba como esa conversación la hacia sentir incómoda.

Espero que estemos en Tebas para dentro de tres lunas...

¿por que, ya te has hartado del ejercito?

No, no es eso, pero me gustaría estar presente en la boda de mi amigo Nasser.

¿Es soldado también?

No, es agricultor, pero su familia poseen tierras propias. Lo único que espero que es que su futura mujer se adapte bien a las leyes egipcias.

¿por?- preguntó curioso

Porque es extranjera. Viene del norte.

¿Del norte, de donde?

De las Germanias.

En ese momento el corazón de Sandre dio un vuelco y se incorporo sobresaltada.

¿Que te ocurre Reherka?

La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora