Cállate ya corazón.

296 29 10
                                    

Cuando llegaron a la casa de Seneb, Merseak se encontraba cuidando a Nasser y en sus ojeras se notaban las noches de desvelos sufridos y el dolor que atesoraba en su corazón por temor a perderlo. Haendel había ido varias veces a visitarlo junto a Thutmés , de incógnito, como habían siempre que no querían que los siguiesen, pero nunca habían dejado que se acercara a verlo por miedo a que su presencia lo alterase, cosa que comprendían , aunque no desistían de su empeño.

¿Otra vez estás aquí? dijo Seneb a Haendel enfadado mientras miraba con altivez a Thutmés que no se lo tenía en cuenta por el dolor que estaba soportando.

Si Seneb, solo queremos saber como se encuentra. Han pasado muchos días y aún no recibimos noticias.

Se ha despertado ya, pero se encuentra muy débil y los médicos no quieren que reciban visitas, aunque sean los mismos faraones- dijo este mientras se agachaba ante ellos.

Seneb, por favor, levántate. Aquí venimos como amigos, no como tus faraones- dijo esta mientras lo levantaba.

Has venido con la persona que lo tiene en esta situación. Tu tienes la culpa de lo que le ha pasado a mi hijo- dijo Karomama mientras salía gritando de la casa. Iros, no quiero que te vea.

Karomama. El no ha tenido nada que ver. Ha debido ser una confusión o bien alguien para robarle.

El dinero de la venta de ese día seguía con él. Esto era una venganza y sabes que mi hijo no tiene enemigos salvo tu dueño- dijo esta mientras Seneb la retenía pidiéndole que se calmara.

Tu eres tan culpable como él de su desgracia. Te dije que te alejaras de él pero no me hiciste caso y tuviste que  escaparte y volver. Si mueres tu eres la única culpable ya que no puedo decir eso de mi señor sin que me pase a mi lo mismo- dijo esta llorando.

Karomama no digas eso- dijo esta intentando acercarse a ella aunque esta se apartaba. Yo amaba a tu hijo- dijo mientras un velo de furia se asomaba en los ojos de Thutmes- Nunca hubiera querido que le pasara nada y el me prometió que no le haría nada y yo lo creo- dijo mientras lo cogía de la mano.

¿y lo crees? dijo Karomama furiosa. El señor de Egipto es dueño de nuestras vidas, el puede quitárnosla cuando quiera. El es nuestro dueño y juega con nosotros como mejor le place. ¿No te arrancó de nuestra casa cuando quiso sin importarle nada? dijo esta mientras miraba a Thumés que apretaba la mano de Haendel intentando controlarse. No estaba acostumbrado a que nadie le hablara así y menos una campesina. Vete con él y sal de nuestras vidas para siempre. Ya no eres bienvenida en nuestra casa.- gritó mientras las lágrimas salían de los ojos de Haendel.

Será mejor que nos vayamos- dijo Thutmés. Están todavía muy nerviosos. No les tengas en cuenta lo que dicen en momentos de dolor.

No me voy a ir hasta que sepa como está- dijo mientras Karomama entraba en la casa y cerraba la puerta.

Disculpe a mi esposa señor. No sabía lo que decía. Le agradezco mucho que nos enviase a todos estos médicos que han estado pendiente de él. Sin ellos no tendríamos ninguna esperanza....

En ese momento, Karomama abrió la puerta llamando a Seneb que se volvió sobresaltado. ¿Qué pasa mujer?

Nasser ha despertado- dijo esta muy alegre. Ven rápido. Será mejor que esperéis aquí- dijo este mientras intentaba calmarse.

De acuerdo- dijeron Haendel y Thutmés nerviosos.

Ya verás como han sido unos ladrones. Nunca haría nada que te molestase, ya lo sabes- dijo mientras le acariciaba la cara quitándole las lágrimas. En ese momento Seneb los llamó desde la puerta. Haendel, Nasser quiere verte- dijo este.

La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora