Meses después, Egipto vivía una jornada especial. El faraón había sido padre de un hermoso niño.Los tambores resonaban por toda la ciudad y las fiestas se celebraban insistentemente a todo lo ancho y largo del país. Egipto podía estar tranquilo, la bella reina ha dado a luz a un heredero sagrado: Amenofis.
Mientras Meritré se moría de la envidia que ese hecho despertaba en ella.
Hay que actuar ya- dijo a su favorito. Lo hemos dejado demasiado tiempo.
Ahora mismo terminaré con este asunto, aprovechando lo de la fiesta de celebración, no te muevas mi reina- dijo mientras se dirigía hacia la gran sala del trono donde estaba la familia del faraón reunida junto a un gran número de invitados y sin que nadie se percatase vertió , en las copas destinadas a los faraones, un poco de veneno de serpiente.
Es precioso- dijo Sandre mientras se acercaba a ver a su sobrinito.
A ver si pronto tenemos nosotros uno- dijo Kaemhesib a esta.
Calla tonto- dijo mientras le daba un codazo.
Igual de bonito que el mío cuando nació- dijo Merseak ante la orgullosa mirada de Nasser.
¡Que viejos somos ya Karomama! replico Seneb.
Di que no es verdad eso. Si ellos están viejos que no nos metan a nosotras, que estamos hechas unas muchachitas- dijo riéndose mientras guiñaba un ojo a la madre de Haendel y Sandre que se encontraba muy feliz por haber podido regresar por fin a su amada tierra.
Bueno será mejor que nos marchemos. Ya está oscureciendo y no quiero vagar por las calles demasiado tarde. Ya sabemos que pasa en época de fiestas...
Ordenaré que os acompañen- dijo el faraón mientras los miraba cariñosamente.
De eso nada. Nos marchamos tranquilamente que no queremos molestar.
No es ninguna molestia. Así nos quedaremos más tranquilos. Ademas ¿ osas desobedecer a tu señor? dijo este mientras los miraba sonriente.
Para nada, mi rey. Tus deseos son órdenes.
Hasta otro día cariño- dijo Karomama mientras se despedía de Haendel cariñosamente.
Nosotros también nos retiramos ¿ nos acompañas mama? dijo Sandre mientras la cogía del brazo.
Si, pero antes demos un último brindis por nuestros futuro faraón- dijo Meritré apareciendo en escena con una jarra en la mano.
¿Meritre? ¿Qué haces aquí? sabes que no eres bienvenida.
Solo quería que brindásemos por el pequeño príncipe ¿ que tiene de malo hermano? dijo esta sarcásticamente. He decidido que enterremos el hacha de guerra. No podemos seguir así hasta la eternidad- dijo mientras le ofrecía una copa.
Cuando este iba a cogerla, Kaemhesib la interceptó y le pidió que brindara ella primero por el príncipe, lo que hizo que esta empezara a sudar..
¿Que pasa hermana?¿No querías brindar?
Si, pero es mejor que el brindis lo haga el padre- dijo esta nerviosa.
Veo que te estás poniendo nerviosa ¿quieres beber? dijo este enfadado
No- dijo esta mientras le daba un manotazo a la copa que hizo que se derramase su contenido.
Lo imaginaba- dijo Kaemhesib. Eres torpe hasta para intentar asesinar al faraón. Utilizar el envenenamiento es todo un clásico.
Yo no he hecho nada- gritaba esta mientras Thutmés colérico ordenaba que la encerrasen de por vida en un templo alejado de toda civilización.
¿no puedes hacerme eso? Soy hija y nieta de faraones....yo debo ser la legítima reina de Egipto- gritaba mientras se la llevaban a rastras y la sacaban de la habitación.
Tranquilízate mi amor- dijo a Haendel- Ya no nos pasará nada malo. Las ortigas ya han sido cortadas del resto del rosal. A partir de ahora solo habrá amor y felicidad , no solo entre nosotros, sino tambien en todo el reino.
¿Lo prometes? dijo Thumés.
Lo prometo- contesto Haendel mientras sellaban su amor con un largo y apasionado beso ante la atenta mirada de Amenosis que los contemplaba desde la cuna. Seremos felices para siempre.
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La Elegida de Amón
RomansaHaendel, una bella germana, va camino de conocer la tierra de su madre, Tebas, capital de Egipto ,sin saber que su destino es muy diferente al marcado por su familia,ya que la muerte del faraón Hatsepsut va a cambiar el devenir de los acontecimien...