Noche de encuentros

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Cuando llegó siguiendo las indicaciones del anciano, ya estaba anocheciendo, pero todavía quedaba la claridad suficiente para vislumbrar una casa a lo lejos. Espero que sea esa- penso Thutmés nervioso y espero que Haendel esté allí.

Mientras en la casa de la montaña de Seneb, todo estaba dispuesto para la cena. Karomama, feliz por tener a Haendel de vuelta, le preparó su plato favorito y se dispusieron a comer los tres juntos alrededor de la mesa.

Muchas gracias Karomama, pero no tenías que haberte molestado- dijo Haendel con la mirada triste- No tengo hambre.

Debes comer muchacha. Estás demasiado flaca. ¿es que no te alimentaban bien en palacio? pregunto esta despreocupadamente. 

Karomama, no te das cuenta que Haendel no está bien. ¿Por qué le recuerdas su vida en palacio? Si estuviera bien no hubiera huido. No tienes arreglo mujer. Eres una bocaza- dijo este regañando a Karomama, mientras Haendel bajaba los ojos.

En palacio no me faltaba de nada Karomama, no te preocupes- dijo esta mientras intentaba consolarla. No me has molestado. Me lo recuerdes o no, mi dolor está aquí dentro- dijo mientras se tocaba el corazón.

¿Entonces, es por mi Nasser? dijo esta emocionada. Si es por él, que sepas que tampoco te ha olvidado. ¡Podéis escapar juntos!- dijo esta sin pensar y dejándose llevar por la emoción.

Karomama- grito Seneb. Cállate ya. No empeores más las cosas.Ya hemos hablado de esto miles de veces. Ella debería regresar con su marido y tu dejarte de meterle ideas tontas en la cabeza.  ¿Tu sabes lo que nos pasará si la encuentran aquí? Nos podemos dar por muertos. Yo creo que si nos tienes algún tipo de aprecio deberías de regresar o dejar que nosotros te llevemos muchacha. Ahora eres la faraona de Egipto ¿sabes el honor que es eso? y además, has sido elegida por el propio dios Amón. Si te ayudamos la desgracia caerá sobre nuestra familia y se que tu no quieres eso ¿verdad?

No Seneb. Sabes que no. Os habéis portado conmigo como si fueseis mi verdadera familia y por eso en cuanto amanezca me iré lejos- dijo esta levantándose de la mesa.

No te enfades muchacha,pero todavía no sabemos que es lo que te ha pasado para salir huyendo- dijo este mientras la cogía de los hombros. Pero si debes saber que debes olvidar a Nasser si todavía no lo has hecho. Hemos decidido que debe casarse para sacarte de su corazón y no nos gustaría que lo vieras y lo volvieras a dañar. Tu destino está fijado por las estrellas y en el no esta nuestro hijo.

Lo sé Seneb. Yo tampoco quiero verlo. Me removería de nuevo todos los sentimientos que he intentado guardar en lo más profundo de mi ser, por eso debo partir lejos, muy lejos.

Todavía no has contado lo que te ha pasado- dijo Seneb preocupado. Debe haber guardias buscándote por toda la ciudad.  Espero que nuestra familia esté bien- dijo este preocupado.

Prefiero no hablar de eso Seneb. Es muy doloroso para mí. Sólo quiero alejarme de esta tierra lo antes posible y volver a intentar recuperar la calma en mi pueblo, aunque mi estancia aquí me deje una cicatriz tan grande que nunca desaparecerá. Será mejor que me vaya a dormir- dijo cuando unos golpes en la puerta los sobresaltaron.

¿Quién será? preguntó Karomama asustada. ¡ No esperamos a nadie!

Espera mujer, voy a ver- dijo Seneb mientras agarraba un grueso garrote y se acercaba a la puerta.

¿Quién es? pregunto este sin abrir la puerta.

¿Está Haendel ahí? preguntó Thutmés sin poder contener los nervios.

¿Haendel? ¿Que Haendel? ¿Y quien pregunta por ella?- pregunto Seneb mientras miraba a la muchacha.

Será mejor que abra o yo mismo tiraré la puerta abajo- grito Thutmés enfurecido, siendo reconocido en un instante por Haendel.

La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora