La hija de Amait

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Sandré se encontraba intranquila. Hacía tiempo que no tenía noticias de su hermana. ¿Qué habrá sido de ella? el hermetismo en palacio era total, pensaba mientras limpiaba su caballo. En aquellos momentos Kaemhesib llegó hacia ella muy contento y blandiendo una gran sonrisa que dejaba entrever sus hermosos dientes  tan blancos y perfectos que parecían dibujados.

Veo que has limpiado también mi caballo. Muy bien muchacho-dijo mientras le daba unas palmeadas en la espalda. ¿Todavía pensando en tu hermana? dijo mientras Sandré asentía.

¡No te preocupes te traigo una sorpresa!

¿Una sorpresa? exclamó Sandre intrigada...Dime, rápido, dijo mientras se dirigía a él y le cogía del pecho.

Tranquilo, tranquilo, si no es nada- dijo intrigandola aún más-

He conseguido que entres a formar parte de su guardia personal ya que la han aumentado por su intento de fuga.

¿No será una broma?

Para nada. Nunca podría jugar con un tema como este. Se lo preocupado que estás por tu hermana. Así que veas que no se me había olvidado...

¡Pero como te quiero! dijo está mientras se abalanzaba sobre el para abrazarlo sin poder ocultar su alegría.

Quieto, quieto muchacho...que van a pensar si nos vieran. dijo este mientras le guiñaba un ojo.

¿Cuando entro a formar parte de ella? dijo mientras dejaba de abrazarlo.

Dentro de una hora te presentarás ante el jefe de su guardia personal para que te de el nuevo uniforme.

Pero ¿quien es el?¿Como lo reconozco?

Es facil. Solo tiene que buscar al hombre más guapo de todo el cuartel. Es algo, moreno, apuesto, musculoso...

Calla, calla..ya en serio ¿quién es?

Lo conoces muy bien y hasta hace unos segundos podíais precisamente tocar cada uno de sus torneados brazos.

¿Que? dijo esta confusa.

Que soy yo. Que lo tienes delante de ti.

¿Cómo? dijo esta sin poder articular palabra.

El faraón me lo ha pedido como un favor personal ya que dice que soy uno de sus mejores hombres y que sabe que conmigo al mando no volverá a ocurrir lo del intento de fuga. Asi que ya te encargarás de hacerle saber que no se le ocurrira intentarlo de nuevo o tendré que tomar serias medidas ante ello.

Asi que ya sabe soldado, dentro de una hora lo espero en mi despacho y no tarde o me vere obligado a castigarle- dijo muy serio en su papel mientras le guiñaba- No sabía por qué pero solo deseaba poder abrazarlo otra vez. Cuando lo hizo sentía como se le erizaba el pelo, pero eso no podía ser....era solo un muchacho y a él siempre le habían gustado las mujeres...no se , pero lo hacía sentirse confuso, pensaba mientras lo veía marcharse por el patio.

Mientras, en otro lugar del palacio, Rahotep estaba poniendo al día al faraón sobre los últimos hechos que habían ocurrido.

¿cómo ha podido atreverse esa hija de mala madre? gritaba el faraón furioso mientras salía de la habitación.

¿A donde vas mi señor?

A ver a la hija de Amait ( perra de los infiernos que devoraba las almas que iban alli destinadas)

Espera mejor, es indigno que entres en sus aposentos, yo te la traeré.

Mientras Meritre intentaba relajarse para poder sobrellevar la tormenta que se le venía encima. Había intentado seducir a la futura mujer del faraón y eso no se lo iba a perdonar. Tenían el acuerdo de que ella podía tener relaciones con cualquier mujer, pero ninguna que fuera suya y esta pronto lo sería. Pero no podía olvidar los pechos turgentes y esa mirada.... pero odiaba tanto ver enfadado al faraon con ella. Bastante problemas tenía ya con él para que encima se le sumase ese- pensaba mientras daba vueltas por la habitación.

En esos momentos Rahotep se persono en ese lugar.

Meritré, necesito que me acompañes. El faraón desea hablar contigo.

Ah ¿pero ni siquiera se ha dignado a venir él?

No, no eres digna de su presencia en tus aposentos, ya lo sabes....

Se arrepentirá algún día de sus palabras-dijo encolerizada mientras seguía la tutor ante la presencia de un no menos enfadado Thutmes. Había intentado de todo por llevarlo a sus cama...ella tenía que ser la madre del futuro faraón, pero ni con sus encantos más salvajes había podido hacerlo caer... ¿Quizás un trío con su futura esposa? Eso le encantaría...

Siéntate Meritre dijo cuando llegaron sin volverse hacia ella. Me he enterado de lo sucedido y no me ha gustado nada. Espero que no se repita, de lo contrario me veré obligado a tomar una serie de medidas en tu contra. Espero que  lo entiendas. Ella es mía.

Meritre, callada asentía, ya que sabía que si bien habia incumplido una vez el peso de la tradición y las prohibiciones de no guardar silencio ante el faraon, ahora estaba todo mucho peor. No podía permitir el lujo de volver a infringir no solo otra norma sino una prohibición tan explícita como esa.

Ahora retírate. Cuando ya se iba, Thutmes que durante todo este tiempo habia permanecido callado de espaldas a ella, la reclamó.

Espera Meritré-dijo mientras se acercaba a ella. Un ultimo mensaje- dijo acariciandole el cuello. Si vuelves a intentarlo. dijo Thutmes apretándole el cuello- te prometo que yo mismo acabare contigo- dijo soltándola de un tirón.  Ahora vete.

Medio asfixiada e intentando guardar la compostura Meritré entró en su habitación. Allí se encontraba Merenptah, su fiel servidora y secreta enamorada.

¿Que tal mi reina?

Bien, bien- respondió secamente. De repente se volvió hacia ella...

No lo entiendo ¿acaso ese cabello tan brillante me cegó tanto como a él? ¿Nos ha embrujado con un hechizo del norte?

No mi señora. Ella es solo una salvaje que no se puede comparar a ti. Lo único es que Thutmés nunca se había enfrentado a una mujer que no se enamorara instantáneamente de él. Ella no es más que un desafío. ¿Eso será lo que me pasa con ella a mi también? pensó mientras daba vueltas por la habitación. No podía decirle que ella también la deseaba...

Tranquilízate, ya verás como dentro de poco, después de la ceremonia cuando se la haya quitado el capricho y la haya poseído unas pocas veces, la arrinconará en el palacio y volvera a sus andadas. No es la primera vez que lo ha hecho, ya lo sabes....

Pero ¿ y si le da el hijo que yo no puedo darle?

Eso no se sabe...si utilizaras una de las pociones que te ofrezco lo podríais llevar a tu cama para cumplir con esa misión-

Si claro, y luego amanece en mi cama y se da cuenta de todo y se termina todo para mi.

Pues buscaremos una solución antes de que eso pase. Ya encontraremos el momento propicio para librarnos de esa pesada carga. 

Tienes razón....si no es mía tampoco será para él- pensó mientras miraba fijamente a su fiel servidora-


Thutmés una vez que habló con Meritré se dirigió a las dependencias de Haendel para ver como se encontraba, pero estaba durmiendo bajo los efectos de la infusión tranquilizante que Rahotep mando traer para calmarla.

¿Como esta? pregunto interesado a la sirvienta que no salía de su asombro.

Bien mi señor. Ahora está descansando, pero ha costado. Sólo hacía llorar y llorar presa de la angustia. Entonces Thutmés se acerco a verla. Alli perdida en la inmensidad de su enorme cama parecía tan débil e indefensa...

Dile que he estado aquí- dijo fríamente intentando ocultar sus verdaderos sentimientos.

En cuanto se despierte mi señor. dijo mientras este salia de la estancia acompañado de un séquito de guardias.

No lo podía creer... el faraon en persona habia hablado con ella...dijo mientras miraba a su ama descansar. Debes interesarle mucho...



La Elegida de Amón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora