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—Fueron en total veinte suturas, cinco internas y cinco externas en ambas cortadas— habló la doctora con una sonrisa en su rostro —Espero tengas cuidado la próxima— El albino enarcó una ceja mientras observaba a la mujer con indiferencia —Eres una buena pareja muchacho, no todos acompañan a sus parejas en el consultorio— dijo refiriéndose al de cabellos oscuros, ambos se sonrojaron al instante y negaron con la cabeza.

—N-No soy su pareja— habló el albino con rapidez

—Ah si, solo somos a-amigos— terminó el mayor mientras llevaba una mano a su nuca.

La doctora se disculpó ante su error. Ambos agradecieron y salieron del consultorio, el albino observaba su antebrazo con las suturas antes hechas, bajo la manga de su sudadera y levantó la vista.

El cielo se encontraba despejado, el sol brillando, las pocas nubes que se encontraban ahí hacían contraste con el celeste del cielo haciendo que se notaran surrealistas.

—Fue incómodo— habló sacando al albino de sus pensamientos, este lo observó por unos segundos tratando de pensar a que se refería hasta que logró captar de lo que le hablaba.

—Si— musitó acomodando su bufanda —Pero a la vez fue gracioso, ¿viste su rostro cuando le dijimos que no éramos pareja?— dijo con una pequeña sonrisa. El mayor lo miro y asintió un poco desanimado.

—Sii... Eh fue cómico— añadió con una sonrisa nerviosa. El celular de este comenzó a sonar, lo saco de mala gana de su bolsillo y vio el nombre de su hermano, hizo una mueca de confusión y contestó a la llamada —¿Diga?— el albino lo observaba mientras hablaba, notaba las distintas expresiones que este hacía al hablar con su hermanos. —Ok yo... ya voy para allá— fue lo último que dijo para cerrar la llamada, notó que el albino lo miraba y le sonrió de lado para seguido seguir caminando.

Iban a paso algo rápido, ¿por qué no agarraban un taxi? Fácil, no tenían ganas, al llegar al vecindario del mayor caminaron con un poco más de calma, al llegar a la casa del mayor, este divisó al mismo auto de hace unas semanas, chasqueó la lengua y entraron a la propiedad.

—¿Quienes son?— preguntó el albino cerrando la puerta y viendo al hermano menor del de ropas oscuras —Hola Paps— dijo con una pequeña sonrisa, este le devolvió el saludo.

—No lo sé, hay veces en las que no vienen a... hacer lo que sea que hagan— habló Reaper dejando sus cosas a un lado. Subió las escaleras con prisa dejando a ambos chicos confundidos.

—Si bueno... ¿Qué hacían Geno?— preguntó despejando su vista de por donde había ido su hermano.

—Enfermería eh, larga historia— dijo con una sonrisa, sentía que no era necesario contarle el porqué estaban allá, y notó que el menor entendió, o eso él pensaba.

—¿Estas enfermo?— preguntó mientras llevaba su mano a la frente del albino, esto hizo que Geno riera para sus adentros dejando al de mayor estatura confundido.

—No, estoy bien, gracias por preguntar— agarro la muñeca de Papyrus y la alejo de su frente.

Escucharon los pasos de Reaper acercarse y voltearon a su dirección, este venía leyendo unos papeles, pasaba las hojas una por una con rapidez, se detuvo unos centímetros y los arrugó todos a la vez mientras murmuraba unas cuantas cosas.

—Son del trabajo. O eso quieren hacernos creer— dijo dejando confundido al Albino pero no al de mayor estatura.

—¿Qué hacen aquí?— preguntó este acercándose a su hermano.

—No tengo idea, pero si ellos están aquí, no es bueno— murmuró lo último y miro a Papyrus —No harán nada, solo están... observando, analizando y eso— dijo restándole importancia.

El albino solo observaba la conversación de este con duda, se alejó de ellos restándole importancia, ya que no era de su importancia saber de que hablaban, camino hasta la sala y se sentó en un sofá, miraba el lugar y recordó el pequeño jarrón que había hecho caer la última vez que fue a esa casa, se dio la vuelta en el sofá y notó que aún estaba ahí, hizo una mueca de incomodidad al recordar cuando lo dejó caer por accidente.

→˚₊· 𝑩𝒖𝒍𝒍𝒚𝒊𝒏𝒈 🧣 ੭*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora