→˚₊· 𝑩𝒖𝒍𝒍𝒚𝒊𝒏𝒈 🧣 ੭*

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Ambos corrían salpicando la basta de sus pantalones con los charcos de agua que había en la calle, sus cabellos ya estaban mojados apesar de llevar puesta la capucha de sus poleras, se detuvieron debajo del toldo a rayas de una tienda, la respiración de ambos chicos estaba agitada, ya que llevaban más de veinte minutos corriendo sin detenerse.

—La próxima traemos un paraguas— habló jadeando el de ropas oscuras, el albino simplemente asintió respirando agitadamente.

El albino se quito la capucha y desordeno sus blancos cabellos tratando de quitarle un poco de agua —¿Esperamos aquí?— habló volviendo a acomodar la bufanda dentro de su polera para que no se mojara tanto.

—Si quieres, esperamos a que escanpe  un poco— miró como la lluvia caí por los bordes del toldo y colocó su mano debajo —Tendremos que ir a mi casa, queda más cerca ¿no?— llevó su vista al albino este volvió a asentir y se acomodó a un lado de la puerta de aquella tienda.

Esperaron unos minutos a que  la lluvia cesará un poco y volvieron a colocarse las capuchas para salir en su maratón hasta la casa del mayor. Al llegar Reaper sacó las llaves  de su bolsillo y abrió lo más rápido que pudo la puerta para no mojarse más -Pasa- si hizo a un lado dejando que el albino entrará primero. Ambos se abrazaron a si mismo al sentir el aire acondicionado chocar con sus ropas mojadas provocando que estas se pusieran  frías poco a poco.

—No hay nadie en casa— habló Reaper bajando la temperatura del aire acondicionado —Papyrus se encuentra entrenando con Undyne y probablemente mis padres estén trabajando— se acercó a la calefacción y la encendió —Ven, si quieres puedes darte una ducha y colocó nuestras ropas a lavar y secar.

—No, no tengo que ponerme mientras espero.

—Eso no importa, eres sólo un poco más bajo que yo, mi ropa te queda, recuerda que mi pijama— sonrió coqueto, haciendo que el menor se sonroja al recordar como le quedaban las prendas del mayor.

Ambos subieron las escaleras, el de ropas oscuras entró a su habitación y saco una toalla del armario y se la extendió al menor —¿Sabes donde queda el baño no?— el albino hizo un  leve sonido en señal de que sabía, se encaminó al baño dejando a Reaper sólo en su habitación —Veamos... ¿Qué le puedo prestar?— dijo mientras buscaba en su armario.