La noche llegó, los amigos ya habían llegado al lugar del encuentro que como se esperaba estaba atestado de jóvenes disfrutando del momento y tentado a los tres amigos a unirse como la vez pasada.
- Este lugar... realmente no ha cambiado -dice Alexander soltando un gran suspiro y mirando a su alrededor, quizás unos cuantos adornos y luces distintas a aquella vez pero seguía con el mismo ambiente, la misma sensación y por mas que quisiera olvidar, traía aquellos recuerdos.
- Nunca dejarás de ser un quisquilloso -agrega Chase queriendo molestar a Alexander pero éste ignora por completo su comentario, haciendo extrañar al Chase.
- No creo que la palabra sea quisquilloso, solo que resulta nostálgico ¿Verdad, Alex? -inquiere Hannah con una sonrisa amistosa.
Alex asiente y responde con una sonrisa sutil, Chase queda un poco perdido ante la conversación de aquellos dos. No recuerda haber estado antes aquí lo cual le incómoda haberlo olvidado pero también está la impresión que deja el mirar a Alex, se notaba tan quieto y vulnerable.
Chase pensó- Eso es un poco lindo -sonrió un poco pero se borro tan pronto vio el contacto físico que estaba haciendo Hannah con ese aparecido.
- ¿Está bien, Alex? -pregunta Hannah, coloca su mano en el hombro del chico y este la mira con una dulce sonrisa y toca la mano que Hannah tiene sobre él.
Chase siente que hierve de los celos. No soporta la idea de que esté aquí, entre los dos, no termina de agradar la idea de tenerlo de vuelta aún cuando ya han pasado cuatro años desde eso, ya que le causa un dolor en el pecho y en su estómago que él lo alcanza a traducir como odio hacia su cercanía con Hannah.
- Solo está actuando, se le nota -dice Chase a manera despectiva, definitivamente es odio lo que ese tipo le provoca.
- ¡Chase Walker! -reprende Hannah, en verdad podía transformarse en un ser petulante cada vez que quería.
- Tranquila, Han -le guiña un ojo, Chase gruñe-. El solo necesita atención, ¿Verdad, pecas? -se mofa del chico y este solo rueda los ojos, estaba harto de ese apodo infantil hace años.
- No vas a madurar, ya me di cuenta. Desde que nos conocemos siempre me llamas así, por favor madura. Ya me das vergüenza ajena.
- ¡Chase, no seas cruel con Alex! -reprende de nuevo Hannah, pronto sentía que se volvería la madre de estos chicos- Chicos, solo por hoy vamos a ser amigos sin estar peleando, me lo prometieron antes -mira a sus dos amigos, Alex asiente enseguida pero Chase parece dudarlo, no soporta la idea de Alexander cerca de Hannah, cerca de él.
- Está bien, creo que por ti lo haré -dice resignado, Alex hace un amago de sonrisa pero se veía tan amarga que para nada convencía.
- ¡Maravilloso! -exclama Hannah, tirándose a los brazos de sus dos amigos, ella estaba contenta porque su plan pronto daría frutos- Bueno, mis amigos no tardan en llegar así que se comportan.
Alex pasa de largo hasta donde estaba la mesa, no tiene problema en tener que socializar pero hay algo que le inquieta esta noche y es aquel chico de cabello rubio castaño, aun estando aquí, seguía actuando tan indiferente hacia lo que pasó hace cuatro años que le dolía, le hacía hervir la sangre.
En cambio, Chase no será muy inteligente como Hannah o como Alexander pero eso no le prohíbe sentir la intensidad de esa mirada fija que el joven tiene sobre él, parece querer decirle algo, unas palabras que desconoce por completo.
Al cabo llegaron varios, muchos chicos y chicas, las mesas que habían juntado, todas se ocuparon. Chase se sentía incómodo, nunca ha sido del tipo sociable por lo que no sabía cómo actuar en situaciones similares.
Sin embargo, en sus sueños a veces aparecía en un gran mar de gente, una voz amigable que lo recogía y lo sacaba de ahí, huyendo juntos solo alcanza a ver la espalda de su salvador y con eso bastaba para encontrarse añorando tener esa sensación una vez más. En el instante una voz conocida lo saca de sus pensamientos, volteando su cabeza encuentra a Alex mirándolo.
- Te conozco Chase Walker, se que tiendes a ponerte tenso en momentos así -empieza a susurrar-, quizás si te distraes con algo más, puedas relajarte y conversar más adelante -terminó de hablar y mira al frente, al centro donde todos estaban bailando- ¿Quieres ir? -señaló con su mirada.
Chase estaba confundido por varios motivos, primero como podía Alexander ser tan cálido y darle tanta tranquilidad y por otro lado, ¿En qué momento puso su mano encima de la suya? El tacto era gentil y cálido, bastante atrayente. Lo miró dudoso.
- Pero y Hannah... -musito mirando hacia la chica, Alex sonríe y entrelaza su dedos a los de Chase, este siente en su espalda aquel frío del aire.
Se acerca peligrosamente hasta Chase y a la altura de su oído- Sé que no te gusta este ambiente, no te obligues a estar aquí. No te preocupes, Hannah lo entenderá y además, solo nos escapamos por un rato -comenta, logrando erizar cada vello a Chase.
Este asiente cautivado, la huella del aire caliente en su oído no desaparece y además sus manos seguían juntas produciendo un lío dentro de su cuerpo. Llegaron a la pista, lejos de la mesa donde está Hannah con su muchedumbre de amigos, riendo a gran escala y tomando mucha cerveza.
Al principio, Alexander quiso ignorar la incomodidad del inmaduro de Chase pero fue casi que imposible, cualquier gesto que esté hacia, atraía la atención de él. Al no poder seguir sus planes, se lanzó a su rescate como hace nueve años, cuando un tímido niño parecía ahogarse dentro aquel mar de gente de sociedad.
Fue mientras huían de ese caos, se dio cuenta que estaba enamorado de un niño y peor aún es que ese niño era Chase Walker, su mejor amigo.
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Gusto Culposo ©️
Teen FictionTres amigos de infancia, dos están enamorados de la misma persona o por lo menos, eso afirman ellos. Estos dos chicos son Chase que asegura estar enamorado de Hannah desde hace nueve años, y Alexander que ha mostrado un reciente interés amoroso hac...