5. El borracho calenturiento y el pervertido

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Lo sabía, para Chase solo ha sido un juego pero estaba harto, ya no iba a permitir esto. Si después de lo que va hacer, Chase ya no lo quiere en su vida, se iría resignado. Después de todo nueve años de sentimientos no correspondidos duele demasiado para soportar ver como juegan con ellos. Atrapó el cuerpo de su amigo entre sus manos, haciéndolo dar media vuelta hasta dar con la puerta del auto.

- ¡¿Qué piensas hacer?! -la preocupación invadió el rostro de Chase, tenía algo de miedo pero no entendía porque simplemente no se iba. La mirada de Alex es para temer pero en cambio, lo atrae como una fuerza magnética impresionante.

- Vamos a jugar a mi modo, según tu, solo querías distraerme y escapar. Entonces partiendo de eso, si logras aguantar cinco minutos, eres libre y no te pienso detener para nada.

- Y... -Chase dudo unos segundos- si pierdo, ¿Que pasa? -trago en seco, todavía amordazado por su amigo.

Alex sonríe, razonar con un borracho nunca ha sido factible, así que solo seguiría el juego y además, en cuestión de fuerza, él ganaría.
- Habrá un castigo -dijo con una sonrisa amarga.

No esperaba que Chase contestara con algo, sino que se apresuró a dar un giro al cuerpo de Chase, lo atrajo nuevamente hacia él para encerrarlo entre sus brazos aunque fuera un poco, después de todo Chase es un hombre.

- Alex... -Chase fue interrumpido por los labios de Alexander sobre los suyos, dejando por fuera cualquier intención de volver hablar. Al principio fue tierno y lento, casi tímido, sin embargo, la lengua de Alexander no demoró en unirse, era rápida e iba a los puntos sensibles de Chase, pasando de un beso vainilla a una explosión de rudeza y pasión.

Aún así, se logra entrever, la sutil pero presente delicadeza con la cual Alex trataba a Chase. Sus labios siguieron bajando, deslizándose por su cuello hasta llegar a un costado de este y empezar a dejar unos cuantos besos gentiles y uno que otro chupetón que provocaba en Chase algunos jadeos incapaces de ahogar.

Alexander quería monopolizar el cuerpo de Chase, hundirlo en el placer más profundo que podría encontrar y que se perdiera sobre este, deseaba ver una expresión de Chase que nadie más ha visto y así volver a ser solo él quien conozca verdaderamente a Chase.

Para Chase todos los movimientos de Alex sobre él, lo estremecía más de lo que alguna vez pensó. Su parte inferior aunque no quería aceptarlo, empezaba a despertarse y pedir más de aquellos besos, esas mordidas sutiles o aquellas manos que sujetaba su cuerpo. Quería más pero también se sentía confundido ante su propio pensamiento, el deseo que sentía jamás lo había vivido y por eso una parte de él se negaba y quería ganar, para así huir de ahí y sobre todo de Alexander y su peligrosa existencia.

Porque muy en el fondo, sin mezclar los placeres sexuales, su pecho dolía y su estómago se cerraba y no lograba entender por qué.

- ¿Cuánto tiempo ha pasado? -logró preguntar, mientras Alexander seguía encaprichado en su cuerpo. Este otro se detiene y mira su reloj.

- Dos minutos -dice amargamente- se han ido en besos, mordiscos y chupetones -repone al notar el cuello de Chase.

- ¡Eres un animal! Solo seguías mordiendo y succionando ahí, ¡Idiota! -exclama un poco exaltado, Alex lo dijo tan tranquilo sobre el hecho que atacó su cuello pero para Chase todo aquello que hizo, ahora solo arde y se mantiene caliente.

- ¿Te duele? -deslizó con delicadeza sus dedos sobre Chase, este asiente con obediencia y cierra los ojos ante aquel toque- Lo siento -esas últimas palabras sonaron tan sinceras junto a la expresión de Alex, logró suavizar a Chase.

- Por otro lado, ¿Estas intentando ganar tiempo? Chase Walker -repone en un tono travieso, el chico se desconcierta un poco y otras vez es abordado de repente por Alex-. Vamos a darle más atención a estas otras partes -al instante que lo dice, su pierna se desliza entre las de Chase, frotándose contra él.

Gusto Culposo ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora