Aneu tiene una suerte sorprendentemente mala, con una media beca que debe mantener, un cuarto donde se escuchan como los vecinos discuten todas las noches y el dinero que cada mes recibe y debe utilizar para cubrir sus gastos día a día, no hay momen...
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Aneu recuerda que una vez se quedó diez minutos procesando lo que su maestra de matemática le dijo sobre pendientes, curvas, formulas y demás cosas que iba a olvidar después del primer ciclo, esa fue su primera vez en perderse tan rápido en las palabras de una persona... o bueno, ahora en segundo lugar, porque todo lo que le estaba soltando Namjoon en ese instante se demoró en entrar en su cabeza solo cinco minutos hasta que se perdió de nuevo. Aneu arrugó su frente confundida, no sabía que era lo que estaba hablando Namjoon, pero jamás lo había visto tan serio como ahora, usualmente cuando quería ser malo se terminaba riendo, pero en esta situación era todo lo contrario, y empeoraba cuando se perdía con cada palabra que su mejor amigo soltaba.
- No entiendo a qué te refieres - murmuró - Recuerdas esa vez que la profesora...
- Si, claro que recuerdo, te lanzó al tiza en la cabeza para que reaccionaras - suspiró Namjoon - pero ese no es el caso, concéntrate en mí, Aneu, esto es muy grave, tú eres un alma libre, te gusta estar siempre en tu zona de confort y jamás has dejado que alguien te mande u ordene, pero no hay opción, esta situación sale de mi control.
Namjoon arrugó su frente y dudo en decírselo, Aneu no lo sentía por ser humana, pero los lazos de hermandad se forzaban en los lobos como ninguno, los alfa siempre tenían a alguien a quien llamar hermano de vida, hermano hasta la muerte, su persona, al igual que Seokjin lo era, tú lo eras de ellos.