Aneu tiene una suerte sorprendentemente mala, con una media beca que debe mantener, un cuarto donde se escuchan como los vecinos discuten todas las noches y el dinero que cada mes recibe y debe utilizar para cubrir sus gastos día a día, no hay momen...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El elfo miró la determinación crecer en su aura, era impresionante, así que busco entre sus posiciones el veneno que quema, más conocido entre el mundo de los elfos como ¹tsukitaio, quema el cuerpo desde adentro.
- le servirá este señorita - habló con tranquilidad el elfo, lo abrió y un polvillo azul salió a esparcirse en el aire, el elfo sujeto sus flechas y con su mano, pero sin tocar, sacó el veneno en polvo, resplandecía un poco hasta meterse en el metal de las flechas, cuando estuvo listo, el elfo le sonrió.
- ¿cuál es su nombre? - preguntó Aneu agradecida.
- Bangchan -
- si en algún momento quiere una esposa, mi hija estará disponible -
- espere, señorita, ¿está hablando en serio? -
- ¿me ves cara de mentirosa? -
El elfo arrugó su frente.
- comprometer a su hija conmigo es como un contrato para... -
- no me importa, simplemente recuérdalo ¿Okay? Estoy prometiendo la mano de mi futura hija contigo, ese es mi favor devuelto tras este frasco que me estás dando, si sigues preguntando me voy a enojar más de lo que ya estoy -
El elfo solamente asintió, sonrió porque ya tenía su palabra.
Aneu se dio la vuelta antes de que el elfo se negara, sujetó el arco con fuerza y avanzó lentamente, sin perder el equilibrio de su muñeca tensada, algunos elfos la miraron y se quedaron con la boca abierta tras ver a la humana cargar una de sus armas, especialmente porque un humano no podía cargar alguna.