Aneu tiene una suerte sorprendentemente mala, con una media beca que debe mantener, un cuarto donde se escuchan como los vecinos discuten todas las noches y el dinero que cada mes recibe y debe utilizar para cubrir sus gastos día a día, no hay momen...
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Aneu miró a su jefe y murmuró.
- Se ve como si le hubieran golpeado las bolas - mencionó al ver su rostro más pálido de lo normal, el chico saltó en su lugar y se le quedó viendo con sorpresa, su amiga era demasiado directa a veces - sin ofender.
Jongin sonrió.
- No te preocupes, no eres la única que se lo ha dicho. Los demás solo sienten pena por él, está bien que se lo digas - comentó su otro amigo, Kyungsoo, mejor amigo de su jefe no trabajaba allí pero siempre lo visitaba una vez al mes y se iban a acampar.
Aneu se acercó y le entregó una taza de manzanilla con limón, receta de la abuela para curar cualquier mal.
- Si tienes algún problema en la tienda jefe, no dude en decírnoslo, podemos ayudarlo - comentó alcanzando un pedazo de bizcocho sobrante a Kyungsoo quien se lo terminó de un bocado
- Gracias Aneu, pero no es sobre la tienda, es por mi maestría, termine hace tiempo la universidad, pero ya tengo mi propia sucursal, la presión de mi mana..., de mis padres y mi familia - comentó cansado - a veces me gustaría descansar por semanas si es posible.
Aneu lo entendía, sabía que era lo que estaba diciendo, sus padres jamás aceptaron la idea de que sea artista y mucho menos que se vaya a otro país, le desheredaron a pesar de no haber fortuna que darle, y la sacaron de casa, su madre aún seguía mandando dinero, pero era lo mínimo, ella se tenía que costear lo demás con su trabajo y aprender a ahorrar.