Fleur Campeona

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- ¡AAAAAAA!

- ¿____?¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Qué tienes? - preguntó Arianne y corrió hacia mí desde el otro lado de la habitación que compartíamos.

Me había quedado sin habla, mi lenguaje se había reducido a ridículos soniditos parecidos a los de una ardilla. No podía dejar de mirar el pedazo de papel que sostenía en mis manos con los ojos y la boca bien abiertos.

- ¡____! Háblame - decía Arianne.

Levanté mi vista hacia ella aún sorprendida. Arianne, cansada de mis raras expresiones, se levantó de su escritorio en el cuarto que compartíamos y me quitó el papel de las manos. Observé cómo Arianne leía la carta y cómo poco a poco su expresión cambiaba a una como la mía.

- ¡Irás a Hogwagts! - estalló emocionada.

- ¡SI! - grité de la misma forma.

Esta era la tercera carta de Fleur y pude imaginar a mi hermana emocionada escribiendo la carta en la que me decía que ella había sido elegida campeona de Bauxbatons y que había convencido a Madame Maxime de dejarme ir.

Hace alrededor de nueve días, Fleur y los demás de 17 años junto a Madame Maxime habían partido en el increíble carruaje de Bauxbatons tirado por pegasos en dirección a Hogwarts. Sin embargo, Fleur me había dicho que tardarían dos días en llegar. Así que si me tomaba el tiempo de hacer cálculos, sabría que llevaban apenas una semana ahí.

- ¿No te preguntas cómo es Hogwarts? - me dijo Arianne.

- La verdad si. En una de sus cartas, Fleur lo describió cómo: "muy diferente a Bauxbatons y algo menos elegante de lo que esperaba, pero es grande"- comenté citando a mi hermana al final.

- Debe haber libros - dijo Arianne.

- Ya sé pero sabes que yo no sirvo para leer esa clase de libros que son pura información - me quejé sabiendo que aún así, mi amiga me arrastraría a la biblioteca junto con ella.

Me preguntaba cuando me iría a Hogwarts cuando vi una lechuza marrón posarse al lado de la de Fleur  en mi mesa de cama.

- ¿Y esto? - dije.

- Tiene un pergamino enrollado - observó Arianne.

- Veamos - murmuré acercándome a la lechuza.

Tranquilamente le quite el pergamino y lo desenrolle, mientras Arianne mimaba a ambas lechuzas y les daba comida.

- Me voy mañana por la tarde - le dije incrédula.

Mi amiga alzó la vista.

- ¿En serio? - me preguntó - Me dejarás sola - dijo con dramatismo.

- No sola, estarás con Emil - le dije riendo - Y tienes más amigas. Te escribiré, aparte, te prometí que les hablaría de ti a los chicos guapos.

- Bien, más te vale, Delacour.

- Claro, ahora me apetece ir a patinar, ¿a ti no?

- Sabes que soy muy mala.

- Oh vamos, por favoooor - le rogué - Antes de que me vaya. Vamos por Emil también y así tu lees tus libros mientras patinamos. Y si quieres podemos enseñarte. ¿Si?

- Haber, ¿y dónde piensas patinar? No hay donde. Aún no nieva.

- Sólo ven.

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- Gelida Glaise - pronuncié segura mientras movía mi varita y apuntaba en dirección al lago.

- ¿Dónde aprendiste eso? - preguntó sorprendido Emil viendo cómo la parte superior del lago se congelaba, haciendo una capa gruesa de hielo en éste.

Guardé mi varita satisfecha y procedí a ponerme mis patines emocionada. Tenía muchas ganas de patinar y quería intentar hacer vueltas. Había aprendido a patinar en una escuela muggle a la que asistía por los veranos, así como había aprendido algo de basquetbol gracias a un amigo de ahí.

- Unos libros y ayuda de Fleur - dije.

- ¿Libros? ¿Y eso?

- Sabes que los únicos libros que soy capaz de abrir y leer son los de cosas que me interesan, aparte de novelas.

- Sí, también sabemos que patino mejor y más rápido que tú - dijo Emil, quien ya se encontraba en el hielo.

- ¡No es verdad! ¡Pruébalo! - exclamé.

Arianne rodó los ojos mientras regresaba la vista a su libro de pociones.

- Una carrera y verás como te gano - propuso mi amigo.

- Cree lo que quieras. Yo siempre gano, así como Fleur ganará ese torneo extraño.

- ¿Apuestas?

- Aquí van de nuevo - murmuró Arianne.

¿Delacour? // Harry Potter & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora