Gracias

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De verdad gracias por los 1K votos y por apoyar mi historia. Ojalá les guste el cap :)
L@s amooo.

No puedo hablar y a duras penas encuentro las fuerzas para caminar. Lo hago despacio cuidando mis pasos, como si caminara sobre hielo procurando no romperlo. Mi cuerpo tiembla y no solo por el frío. Desde pequeña me aterrorizaban las grandes masas de agua y era extraño porque nunca había podido entender bien las razones de este miedo. No encuentro palabras para describir el pánico y terror que me invadieron en el momento en que caí al agua. Me sentí sofocada, pequeña e insignificante. Débil.

De repente, alguien llegó y me sacó de ahí, no sé como lo hizo porque juro que en ese momento el pánico nubló mis sentidos. Sólo sé que ese alguien yace caminando a mi lado. Me rehuso a dirigirle la mirada y creo que esto es porque nadie más que mi familia y mis amigos más cercanos conocen esta parte de mí, y ahora él,

Doy un brinco cuando siento sus manos colocando algo sobre mis hombros. Su chamarra. Pienso un momento y alzo la mirada nada más para descubrir que sus ojos se ya se posaban en mí.

Voltea algo apenado y me sorprendo a mí misma esbozando una sonrisa ladeada.

Entonces noto que el sol ha desaparecido por completo, las estrellas ya están a la vista y la luna creciente se alza en el cielo.

— ¿Te sientes bien? —pregunta.

Me toma un poco pensar en la respuesta. No puedo asegurarle que lo esté y tampoco quiero mentirle, así que simplemente respondo:
— Ya mejor.

— ¿Quires ir a la sala común? Veo que tienes frío y ahí es muy calientito, hay una chimenea.

Asiento.

El carruaje también tiene chimenea pero justo ahora, me encuentro disfrutando de su compañía y conozco la sala común de los leones, Jake se ha asegurado de que así sea e inexplicablemente, siento que es más acogedora que el carruaje.

Caminamos en silencio. Mi ropa está mojada, me recuerda la sensación del agua rodeándome por completo y escalofríos recorren mi cuerpo. Sin pensar, me pego a él poco a poco, buscando aquel calor que me brindó la noche del árbol.

— Ya casi llegamos —informa.

Tiene razón, nos vamos acercando al retrato que hace de puerta.

Ya enfrente de este, pronuncia la contraseña, entramos, el calor del lugar es reconfortante y hace que me empiece a sentir mejor. Me siento en uno de los sillones, algo dentro de mi bolsillo hace incómoda la postura. Me paro y saco los objetos del bolso izquierdo de mi túnica. La pluma y la carta, que por el agua, ahora es un papel a punto de deshacerse con tinta corrida por todas partes. Me había olvidado por completo de ellos. La preocupación cubre mi rostro.

— ¿Pasa algo? —pregunta mientras toca asiento del otro lado del sillón.

— Mi carta está deshecha por el agua y no estoy segura de que mi pluma siga funcionando, es mi pluma favorita.

Estoy sensible y si le pasa algo a esa pluma, lloro.

— ¿Puedo ver?

Le paso la pluma y él la examina. Me pregunto si en realidad sabe algo sobre plumas porque seria muy inesperado para mi. ¿Quién lo diría? El Niño Que Vivió, ¿interesado por plumas?

— Parece que está bien —dice después de un rato.

¿Entonces sí sabe de plumas?

— ¿Por qué me miras así? —pregunta.

¿Delacour? // Harry Potter & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora