¡¿Dragones?!

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- ¡Jake! - susurré.

No me hizo caso.

- ¡Jake! - susurré más fuerte.

- ¿Qué pasó? - dijo como si nada.

- ¿Estás loco? Nos vas a meter en más problemas. Si nos atrapan de nuevo, va a ser tu culpa, vas a perder puntos para tu casa, nos darán otro castigo y mis padres me matarán - lo reñí.

- Tranquila, pulgita - dijo riendo, causando que le diera un golpe en la cabeza con uno de los libros de la biblioteca.

- Por cierto, ¿qué hacemos aquí, jirafo?

- Vine por un libro.

Reí.

- ¿Acaso sabes leer? - bromeé.

Esta vez, fue él quien me dio un golpe con uno de los tantos libros que había ahí en la biblioteca.

- ¿Para qué quieres un libro? - volví a preguntar.

- La verdad no sé. Estaba aburrido en la sala común.

- ¿Entonces venimos aquí para nada?

- Algo así.

Volví a  un golpe con el libro más cercano.

- Bueno, ahora que estamos aquí como dos estúpidos, vas acompañarme de regreso al carruaje antes de que alguien aquí nos vea, y si alguien como un profesor nos ve, les dirás que esto fue tu idea y que no tuve nada que ver.

- ¿Tengo otra opción? - preguntó.

- No.

- Ya que.

Caminamos procurando no hacer ningún ruido. Y cuando estuvimos fuera del castillo fue un alivio, porque ahora no nos teníamos que preocupar por McGonagall.

Sin embargo, antes de llegar al carruaje, vimos algo moviéndose por el bosque.

- ¿Viste eso? - le pregunté al castaño.

- Era Hagrid.

- ¿El guardabosques? - asintió.

- ¿Lo seguimos? - pregunté. 

- ¿Y dónde quedo el "nos vas a meter en más problemas"? - se burló.

- Vamos - intenté convencerlo - Nos acercamos un poquito y después puedes regresar a aburrirte en tu sala común.

- Graciosa, bueno, vamos.

Nos acercamos a los árboles por donde vimos a Hagrid hace un momento. Lo vimos más adelante caminando. Pero no estaba solo.

- ¿Esa es... - empezó Jake.

- Madame Maxime - completé.

Nos miramos extrañados y seguimos avanzando. Luego, el guardabosques y la directora dejaron de caminar, lo cuál nos do tiempo a Jake y a mí para acercarnos, dejando una distancia considerable para que no nos vieran. Nos escondimos entre dos arbustos tupidos y detrás de un árbol.

- ¿Qué hacen aquí?

- ¿Enserio crees que yo sé?

Nuestros ojos estaban puestos en Hagrid y Madame Maxime, quienes miraban asombrados a una parte del bosque.

- ¿Qué crees que estén mirando? - preguntó el castaño a mi lado.

- ¿Crees que deberíamos acercarnos más? - contesté con otra pregunta.

Ambos asentimos al mismo tiempo, y, salimos de nuestro escondite sigilosamente, como cuando éramos pequeños y queríamos robar chocolates de la alacena. Yo iba delante y Jake atrás.

Luego, sentí mi cuerpo chocar extrañamente con algo, provocando que cayera hacia atrás. Gracias a Jake, que me sostuvo para no caer al suelo, no se oyó ruido suficiente como para llamar la atención de Hagrid y Madame Maxime.

- ¿Qué fue eso? - preguntó Jake después de ayudarme a pararme bien.

- No lo sé - dije mirando al sitio en el que casi caía - Choqué con algo raro.

Caminé un poco hacia delante, viendo si podía encontrar aquello que provocó mi casi caída.

Repentinamente, oímos un rugido.

- ____... - me llamó mi amigo.

Volteé hacia la dirección que señalaba.

Dragones. Había exactamente cuatro dragones, personas los rodeaban intentando controlarlos. Uno de los dragones, el más temible a mi parecer, lanzaba fuego de una manera increíble.

- ¿Para qué tienen dragones aquí? - pregunté.

- No sé... Espera... Creo que ya.

- ¿Qué?

- La primera prueba.

Tenía sentido, ¿para qué otra cosa querrían dragones? Eran exactamente cuatro: uno para Fleur, otro para el ese tipo Diggory, otro para el tal Krum y el último para el chico Potter.

- De verdad espero que a Fleur no le toque ese grandote - dije señalando al dragón que parecía darles batalla a los magos que intentaban controlarlo.

- ¿Le dirás a Fleur? - preguntó.

- Madame Maxime también los vio, ella se lo dirá seguramente. A parte, recuerda, tu y yo no estuvimos aquí.

- Cierto, pero creo que es hora de irnos - dijo el castaño mientras señalaba las siluetas del guardabosques y la directora de mi colegio, que parecían estar a punto de irse.

- Si, vámonos.

El azabache vio cómo los otros dos se iban y se quitó la capa de invisibilidad de su padre, para luego voltearse a Hagrid y decirle lo que había deducido al mismo tiempo que los otros dos.

Un suspiro de asombro a lo lejos llamó la atención del chico antes de hablar. Rápidamente volteó hacia la dirección de donde creía que provino ese sonido.

La chica le dedicó una última mirada sorprendida antes de voltearse rápidamente y seguir a su amigo, que seguía caminando hacia el otro lado y no se daba cuenta de lo que había pasado.

Harry soltó el aire que había estado conteniendo sin darse cuenta.

Ella lo había visto. Ahora sabía que tenía una capa de invisibilidad y que él también vio los dragones.

Maldijo en voz baja.

Por el momento, el azabache no sabía que clase de persona era ella y desde aquella pequeña conversación en el Gran Comedor, no tenía muchas intenciones de averiguarlo, o eso creía.

¿Delacour? // Harry Potter & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora