Capítulo 21

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Capítulo dedicado a: lexy_apple. ¡Disfrútalo! Esperamos que te guste.


—Es el último... ¡Por fin!

Arthit se dejó caer en el sofá. Después de dos semanas, por fin habían terminado de colocar todos los muebles en su lugar.

Su novio se sentó a su lado para empezar a acariciarle el cabello, retirando al mismo tiempo los mechones húmedos que se habían pegado en su frente debido al sudor.

—¿Ya podemos decir que estamos oficialmente mudados?

Había sido un arduo trabajo de dos semanas en las que, por suerte, Kongpob ya había vuelto a hacer sus rutinas de ejercicio y no terminaba tan cansado por el esfuerzo; no obstante, con Arthit era todo lo contrario.

El mayor giró la cabeza para ver toda la casa amueblada y sonrió muy amplio.

—Por fin tenemos nuestra casa.

Siguiendo la mirada de su novio, Kongpob igualó también su sonrisa. Se inclinó un momento para besar sus labios dulcemente.

—Así es, amor —dijo después del beso, aunque luego le dio otro más—. Nuestra vida juntos empieza —habló emocionado.

Aún con sus caras bastante cerca, Arthit le tomó a Kongpob de las mejillas para unir sus labios. De esa forma, se fue recostando poco a poco en el nuevo sofá de tres plazas, aún con sus labios besando los de su pareja, quien dejó que su mayor lo arrastrara con él sobre el sofá. Una vez sobre su cuerpo, Kongpob apoyó un antebrazo sobre la superficie acolchonada y trasladó su mano libre hacia la nuca de su novio para profundizar el beso.

—¿Quieres estrenar la cama? —susurró Arthit con una pequeña sonrisa, rodeando la cintura de su novio con las piernas—. Pero me cargas hasta allá...

Kongpob se incorporó lentamente. La verdad es que no quería subir hasta allá; ya tendrían muchas oportunidades para utilizar la cama con otro propósito que no fuera dormir. Volvió a inclinarse sobre su novio para darle un beso antes de hablar.

—¿Podemos estrenar mejor el sofá? —Esta vez besaba su cuello mientras sus dedos ya le desabotonaban la camisa.

—Pero lo vamos a manchar... —respondió Arthit con un puchero, pero entonces se le ocurrió algo—. Tengo una idea mejor.

Dicho eso, Arthit se levantó, dejando a Kongpob sentado en el sofá. Lentamente se quitó la camisa, se colocó de rodillas frente a él y con una sonrisa traviesa le desabrochó el pantalón.

A Kongpob la mera vista de tener a su novio así envió una ola de pensamientos indecentes a su mente, por lo que, aún dentro de sus pantalones, su miembro dio una sacudida por la excitación. Se relajó más en el sofá, abriendo un poco más las piernas como aceptando lo que su novio sugería.

Arthit se relamió los labios y pronto y con un poco de trabajo, pudo quitar los pantalones dejando a su menor únicamente con su ropa interior. Notaba debajo de ésta la erección de Kongpob que comenzaba a hacerse más grande.

—¿Tan rápido y ya estás así? Pero si no he hecho nada —miró hacia arriba con una mirada inocente.

—Es porque no tienes ni idea de lo sensual que te ves haciendo eso... —La voz de Kongpob ya estaba ronca y sus ojos brillaban de puro deseo.

Era precisamente eso además del hecho de que no habían hecho nada similar en al menos unas dos semanas, lo cual hacía que el cuerpo del menor reaccionara ante la más mínima caricia por parte de su pareja. Aun así, todavía faltaba un poco para que estuviera por completo listo para cualquier tipo de acción.

II. ArmoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora