Extra: II

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Us.

Hwang HyunJin sin dudas estaba detestado a sus novios en ese momento. Una quedada para tener una noche entre abrazos y comida se convirtió en el alfa hecho bolita en el sofá, en medio de los dos betas en busca de algo de confort.

SeungMin y JeongIn habían estado ahorrando para comparar una consola de videojuegos y no tuvieron una mejor idea que estrenarla con el juego de terror más reconocido de su año, que aunque para ellos no era la gran cosa, el alfa de la relación parecía estar a nada de sufrir con paro cardíaco.

Se arrepentía terriblemente de haber comprado aquel sistema de sonido envolvente.

El alfa sabía que tiene una vida y recuerdos de sangre a la hora de defender su territorio, ser el beta de la manada significaba luchar junto al alfa hasta el final, pero fuera de aquel papel es un simple alfa que detesta las cosas de terror.

Sus bebés aman las cosas de terror.

Ver cómo a ratos se pasaban el mando para jugar y como aquellas escenas se iban tatuando en la cabeza del mayor que solo podía pucherear y abrazando su peluche.

— ¿Debo ir por aquí? —preguntó JeongIn, llevando su personaje por un camino oscuro en medio del bosque.

La ambientación daba su toque, hojas crujiendo y sonidos de fondo que les colocaban la piel de gallina.

— No creo que deberías... —susurró SeungMin, tenía un mal presentimiento.

Cuando un monstruo soltó un alarido haciendo una pequeña entrada a la pantalla, que solamente duró unos segundos que fueron más que suficiente para que HyunJin gritara y se cubriera totalmente con la manita que tenía.

— Creo que mejor dejamos esto aquí —demandó SeungMin pasando el juego ante la reacción del alfa.

— U-Ustedes querían jugar eso hace m-mucho —murmuró HyunJin, no quería que sus bebés pararan solo por él— No paren por mí.

— Pero hyung... —SeungMin destapó al mayor, mirando su puchero.

— El que no tiene el mando te abraza ¿Qué dices? —negoció JeongIn, acercándose para restregar su mejilla con la del mayor.

— Mocoso —HyunJin atrapó el cuerpo del azabache, haciéndolo reír muchos besos en la mejilla.

Cuando JeongIn se libró de los brazos del alfa siguió con el juego, dejando que SeungMin abrazara a HyunJin. Los momentos de miedo en el videojuego se volvieron nada ante los besos que SeungMin dejaba entre su rostro y labios.

Pasaron los minutos hasta que HyunJin se había olvidado del susto antes pasado, ahora estando totalmente relajado, pasando a ratos de los brazos de SeungMin y JeongIn.

Se atrevió a mirar la pantalla, siendo acogido por la historia que para su pesar le llamó la atención lo suficiente para hacerle entrar en ella e intentar entenderla. Estaba perdido.

Cuando menos lo pensó tenía el mando en sus manos y a los dos betas apoyados en sus hombros, manteniéndolo contra el sofá.

Quizás no era una noche de abrazos y besos como la que HyunJin esperaba, pero si fue una noche en qué disfrutó entrar en el mundo que los otros chicos frecuentaban, ganando besos en los momentos menos oportunos y haciendo bromas si alguno de los tres se equivocaba o asustaba.

Decir que no disfrutó el momento era mentir de una manera más descarada posible. Disfrutó de las sonrisas de SeungMin, disfrutó de las carcajadas de JeongIn. Disfrutó de ambos cuando fueron a dormir y buscaban mimos como si de bebés se tratasen.

Dormir calentito y encontrar una tierna imagen al despertar. Esos eran ellos, aunque los menores logren sacarlo de sus casillas y el mayor teniendo que reprimirlos. No cambiaría su realidad por nada.

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