-VI-

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Dormir plácidamente es un lujo que desde aquel día casi un mes antes no puedo hacer, si bien las pesadillas con el paso de la tercera semana fueron desapareciendo, las mañanas interrumpidas por Chan eran otra cosa. A pesar de ser despertado de mi sueño no me puedo quejar cuando la manera en que hyung me despierta se trata de pequeñas caricias en el cabello, su tacto ya siendo algo familiar para mí.

No sé por qué me sigue cuidando como el primer día, no tengo quejas al respecto.

— Tienes cuarenta y cinco minutos para arreglarte, sabes lo que viene —sonrió con dulzura antes de salir de la habitación.

Me senté en la cama estirando mis articulaciones, miré la pared por unos segundos levantándome poco después y caminando perezosamente al baño; quince minutos después salí totalmente listo.

Para mi sorpresa me había adaptado muy bien al clima, ya no tirito como cachorro en su primera caza; es algo que me relaja y saber que estamos a un clima cálido en esta época del año solo me hace preguntar qué tanto frío puede llegar a hacer.

Me vestí con lo primero que encontré y salí buscando a hyung, como cada mañana se encontraba en la cocina sirviendo el desayuno.

— Buenos días, hyung —saludé con una sonrisa.

— Buenos días, Binnie —me sonrió dejando un plato frente a mí— Necesitarás energía hoy.

— ¿Sabe qué me tocará hacer?

Él mordió su labio para evitar una sonrisa lo que me pareció muy raro, hyung sonríe mucho.

— Ya lo verás —y dicho eso inició a comer.

En medio del desayuno y de mi anécdota en cuanto a travesuras una llamada interrumpió, Chan hyung la tomó y segundos después estuvo otra vez conmigo.

— ¿Pasa algo?

— Debo pasar por algo a casa —explicó— ¿Me acompañas?

Asentí terminando de comer, él terminó de comer antes de que ambos limpiáramos lo sucio y salgamos en dirección a su hogar.

El viaje fue muy corto y eso explicaba algunas cosas y porqué hasta se me hacía habitual tener a YoungHyun en mi camañita. Su hogar era más amplio y aunque espacioso tenían pocas cosas.

Unos cinco minutos después tres lobos aparecieron caminando con una calma tan grande que me dio un escalofrío, pero rápidamente reconocí los ojos castaños de Félix en el lobo más grande.

— ¿Pueden llevarnos? —preguntó Chan hyung mirando a los lobos.

Félix pareció dudar en moverse, en cambio los otros dos se acercaron rápidamente y se agazaparon frente a nosotros dejando que nos subiéramos en sus lomos.

Acaricié el pelaje cenizo del lobo que me llevaban antes de recordar el trío de salvadores de hace meses, el lobo blanco era Chan hyung mientras que el cenizo fue...

— ¿HyunJin hyung? —pregunté acariciándole tras la oreja, el lobo asintió emitiendo un registro alegre.

— Esto es divertido —aseguró Chan hyung sonriendo— Solo mantén el equilibrio lo más que puedas.

Cuando menos lo pensé los lobos iniciaron a caminar hacia la zona de práctica, el viaje fue sorprendentemente corto en comparación a mis anteriores viajes, el sentimiento de montar a un lobo lo hacía extrañamente mejor.

Al bajarnos de sus lomos HyunJin, Félix y el chico misterioso volvieron a sus formas humanas, sorprendiéndome al ver que estaban vestidos y sin ningún daño en su vestimenta.

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