-XXII-

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Félix... Duele.

Sí que lo hace, duele como el maldito infierno.

— Hyung... —una voz baja hizo que me separara un poco del abrazo que mantis con ChangBin.

Al levantar la mirada me encontré con la imagen de la madre y el hermano de Bin, este último intentando acercarse. Un gruñido bajo retumbó en mi pecho, asustando a todos hasta que una mano tocó mi mejilla, secando las lágrimas que corrían por ella.

Bajé la mirada al cuerpo que está entre mis brazos, sintiendo como el dolor de mi pecho desaparecía al ver cómo ChangBin se encontraba mirándome mientras pellizcaba mi nariz como cuando quiere molestarme.

— Binnie —susurré volviendo a abrazarlo, intentando no ejercer mucha fuerza.

— ¿Qué pasó? —preguntó en mi oído.

Sin responderle tomé su rostro en mis manos, uniendo nuestras frentes.

— Vamos al médico y luego a casa ¿Está bien?

ChangBin asintió, dejé un pequeño beso en la comisura de sus labios, arreglandomelas para poder levantarme y mantenerlo en mis brazos. Sentí su cabeza en mi hombro y como jugaba con uno de mis collares.

¿Ya empezamos a copiar las acciones del otro? Yo soy el que juega con las cosas de él.

— Los acompaño —anunció Chris, cuando vi la situación de HunMin en el suelo inconciente, que su mujer y su hijo menor no se acercaban, quizás por ver al hombre ahí o porque todos estamos ahí.

Ignorando a la mayoría de personas salí de ese lugar, entrando a mi auto en los asientos traseros.

— Solo me duele un poco mi garganta, estaré bien hyung —susurró ChangBin al momento que Chris arrancó el auto.

— Casi te pierdo por una estrangulación, sabes los daños que eso causa —acaricié su cabello, escondí mi rostro en su cabello aferrando mi otro brazo a su alrededor— ¿Cómo está Spear? Jjikseu no deja de llorar.

— Tiene miedo...

— Luego podemos darle su espacio.

Pasaron unos minutos de viaje en los que me dediqué a mimar a ChangBin, al llegar al hospital me bajé rápidamente del auto.

— Félix ¿Qué diablos haces aquí? —llegó JiMin casi corriendo, siendo acompañada por un chico alto y moreno— ¿Qué pasó?

— HunMin se volvió loco y casi lo mata, está bien ahora, solo le duele la garganta, pero fue estrangulación —caniné hasta poder dejar a ChangBin en el consultorio de JiMin.

— Nam ¿Puedes revisarlo? Tengo que hablar con alfa —preguntó a su compañero, el chico alto asintió entrando a la sala.

JiMin tomó mi chaqueta y me arrastró hasta fuera de la habitación, caminamos por el pasillo hasta una máquina expendedora.

— Dime porque están ustedes aquí, vestidos lo más formal posible y con Binnie teniendo marcas de manos en el cuello —me extendió un empaque de dulces, mis favoritos de esas máquinas— Además, tú te ves muy mal.

— Estábamos en la ceremonia de Kim YuGyeom, HunMin aprovechó que me distraje y alejó a Binnie, cuando lo encontramos estaba estrangulandole... —comí uno de los dulces— Jjikseu no está bien, yo menos. El lazo de tensó mucho, creí que lo había perdido.

— NamJoonie sabrá que pasa, yo tengo al novio asustado.

Jjikseu.

...

Cachorro.

...

Luego verás a Spear, tranquilo.

— Tierra llamando a Félix~ —la mano de JiMin pasó frente a mis ojos, sacándome de mi universo.

— Lo siento.

— Como tu doctora, te diría que dejes esos dulces, tomarás unas pastillas y me dejaras revisarte. Pero como amiga... —se acercó a mí envolviendo sus brazos a mi alrededor— ChangBin estará bien, ustedes seguirán en su nube de amor y algún día te veré con un cachorrito ¿Qué dices?

— Que desde hoy no volveré a molestarlo con las galletas —murmuré, ella río en voz baja dándome un pequeño golpe en el abdomen.

— Bromas internas, me gusta —se separó besando mi mejilla— Ahora vamos a ver a tu chico.

Nos cubrí con una sábana esperando que la temperatura no bajara más, dejé un beso en el cabello de ChangBin mientras él seguía leyendo con uno de sus libros; su cabeza estaba en mi hombro y su cuerpo entre mis piernas

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Nos cubrí con una sábana esperando que la temperatura no bajara más, dejé un beso en el cabello de ChangBin mientras él seguía leyendo con uno de sus libros; su cabeza estaba en mi hombro y su cuerpo entre mis piernas.

El resto de la tarde luego de salir del hospital fue meramente para nuestros lobos, un momento en el que Jjikseu ya se encontraba mucho más tranquilo, mucho más él.

Ellos siempre se han caracterizado por ser como niños pequeños, más Jjikseu que Spear, jugando y molestandose, pero esta vez solo se recostaron, Jjikseu teniendo su cabeza sobre la de Spear y sintiéndote cerca.

— ¿No tienes sueño? —pregunté cuando bostezó como por quinta vez.

— Está interesante...

— Lo sé, pero es hora de dormir, bonito —tomé cuidadosamente el libro de sus manos y dejándolo en la mesa de noche.

Cuando iba a apagar la luz de la lámpara ChangBin se volteó colocando sus brazos a los lados de mi cabeza.

— ¿Todo bien? —pregunté mirándole a los ojos.

Él no dijo nada y terminó de acercarse para unir nuestros labios, creando un beso suave y algo necesito. Tomé sus mejillas, acariciando estas con suavidad.

Al separarse frotó nuestras mejillas haciéndome reír, después solo se dejó caer sobre mí, dejando su cabeza contra mi pecho.

— ¿Qué pasará ahora con esa manada? —preguntó en susurro.

HunMin fue apresado, ahora quedando la manada sin ninguna autoridad real, ya que YuGyeom y MinHo tomaron cartas en el asunto.

Ese reino de maltrato acabó por el mismo que lo creó.

— Imagino que tu hermano tomará el poder —abracé su cuerpo con suavidad.

O hasta se puede dar la situación qué se predice de ti.

¿Unión de dos manadas?

¿Eso siquiera ha pasado?

— Deja de pensar en eso, vamos a dormir —volví a besar su cabello.

— LixLix —me llamó unos minutos después. Le respondí con un sonido grutal— Te amo.

Sonreí sin abrir los ojos, apresado su cuerpo solo un poco más.

— También te amo, Binnie.

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