-XXI-

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La vista de mando es capaz de hacer cosas que sus víctimas no desean, obligándolos a cosas que no se imaginaban ser capaces de hacer, jugando con sus sentimientos y emociones. Una jugadilla de la naturaleza mal utilizada por la humanidad, alfas lastimando a betas y omegas.

Tu lobo puede salir lastimado si intentas luchar contra ella, y los casos en los que una persona se puede librar de ese mandato es cuando el lobo también está dispuesto a luchar contra este, los casos son bastantes pocos.

Pero en el caso que ese alfa sea pariente, abuelo o padre, estás muerto. Tu lobo por naturaleza se rinde ante él, no puede hacer nada contra aquel instinto.

Luché por no bajar la mirada mientras me acercaba a pasos lentos y forzados, sintiendo la presión que la pelea interna que llevaba con Spear, mi lobo se encontraba totalmente sometido.

— Me vas a decir qué demonios haces aquí y como mierdas estás vivo ¿Entendido? —tomó mi brazo clavando sus dedos en el, con disimulo y sin llamar la atención me llevó a uno de los tantos pasillos, logrando que yo me perdiera entre estos ya que no conocía el lugar.

Caminó por minutos en los que tres de sus hombres aparecieron, abriéndole la puerta de una de las habitaciones, fui empujado en ella cayendo al suelo con algo de fuerza.

La puerta de la habitación fue cerrada y uno de los hombres se quedó junto a ella. Mi padre se acercó a pasos lentos que me helaron la sangre, mayormente por la mirada de querer asesinarme en ese mismo instante.

Por muy buenas que sean mis habilidades de lucha, solo no podré con cuatro hombres grandes, no había una escapatoria en la lucha.

— Aquí puedo hacerte lo que me dé la gana, tu alfa está muy ocupado con este evento como para notar que faltas —miró mi cuello, haciendo una mueca de asco al ver la marca que había en él— Una asquerosa marca en el cuello de lo que se supone es mi primer hijo; envié a mi mejor hombre para que acabará contigo, te expuse con lo mínimo para que murieras de hambre, o que alguien más te atacará.

Se acercaba lentamente junto a sus hombres, dejándome contra la pared en cosa de segundos, sin sitio para escapar.

— Mi hombre llegó muerto y tú sigues aquí, ahora siendo la pareja enlazada de mi mayor enemigo —me tomó del saco, levantándome del suelo— Le puedo hacer mucho daño a Félix solo jugando contigo, y me lo sacaré de encima si te mato —sus manos rodearon mi cuello, mientras sus hombres me inmovilizaban— Hay momentos en los que solo debes dejarte ir, ChangBin.

El tiempo pasaba y sus manos cada vez apretaban más fuerte, haciendo que me faltará el aire.

La muerte por estrangulación tarda entre 3 y 5 minutos antes que la persona muera. Primero pierde el conocimiento. Ese estado puede durar entre 15 y 20 segundos, si después de ese lapso se sigue presionando la zona del cuello, se provocará la muerte por asfixia.

Félix, por favor...

— ¿Dónde demonios está ChangBin? —pregunté sintiendo una enorme opresión en mi pecho y el lazo empezar a arder

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— ¿Dónde demonios está ChangBin? —pregunté sintiendo una enorme opresión en mi pecho y el lazo empezar a arder.

Jjikseu ha estado llorando, mi pecho duele y mi respiración se hace más superficial a cada rato; intenté buscar a ChangBin en donde lo había visto por última vez, pero ya no estaba ahí.

Estoy rodeado por mis amigos, al menos doce personas que conocen a ChangBin de manera personal pero no lo habían visto, y esto me da miedo.

— Faltan tres hombres de HunMin, sus guarda espaldas —anunció HyunJin, manteniendo un rostro serio.

— YuGyeom, sé que esto es importante para ti —volteé a verlo, mi compañero alto mordía su labio mirando a todos lados— Pero necesito que me ayudes a encontrar a ChangBin.

No dije nada más y me dirigí a los pasillos, buscando algo que me dijera donde estaba ChangBin, mis tres betas y sus parejas buscando también.

Este lugar no puede ser tan malditamente grande.

Chan y HyunJin estaban a mis espaldas, revisando cada una de las habitaciones, esperando poder encontrar algo.

3 minutos.

Sentí las garras de Jjikseu rasgar mi pecho, causando que algunas lágrimas escaparan de mis ojos al tiempo que intentaba abrir una de las puertas.

Ninguna puerta debía estar cerrada.

— ¡Chicos! —los llamé luego de fallar al abrir la puerta.

— Hay otra puerta a esta habitación —apuntó HyunJin, corrí tras él dejando que SooBin siguiera intentando abrir la puerta principal.

Dos minutos.

La segunda puerta abrió sin un solo problema, pero la imagen que encontré hizo que aquel dolor se convirtiera en furia. Chan y HyunJin ni siquiera dudaron en seguirme cuando me lancé en contra de uno de esos hombres.

— ¡Llegas a tiempo, Félix! —exclamó HunMin sin soltar a ChangBin que parecía tan así estar sin aire— ¡Podrás ver cómo mato a todos los que amas!

Un minuto.

Luché contra uno de los hombres, como la puerta principal fue libre SooBin apareció librándome del otro guardia. Debo hacer algo.

La adrenalina en mis venas causó que los recuerdos de ese momento, HyunJin ayudándome a alejar a HunMin de ChangBin y mi hermoso Binnie cayendo al suelo como peso muerto.

Me dejó de importar lo que sucedía con HunMin, dejándome caer al suelo junto a él, revisándolo con desesperación. Realizando con movimientos un poco torpes los primeros auxilios que recordaba.

— Bonito, por favor —coloqué mi cabeza en su pecho esperando escuchar su respiración — Por favor, no volveré a dejar tus galletas favoritas arriba de la nevera, te dejaré mi ropa para que duermas, dejaré de adelantarme capítulos de nuestras series. Por favor...

Lo abracé dejando salir algunas lágrimas.

Félix...

La voz de Spear se escuchó rota, paralizándome por unos pocos segundos la poder escucharle de esa manera.

Félix... Duele.

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