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– ¿Cuál es tu primera clase?

Josh estaba a punto de bajarse, pero parecía que Madison quería seguir hablando con él.

– Matemáticas.

Madison bufó.

– ¿Matemáticas un lunes a primera? – Contestó mientras recogía del asiento trasero sus cosas para entrar al lugar.

– No sé si eso es peor que tener gimnasia un viernes a última. – Contestó Josh con media sonrisa.

– ¿Tienes gimnasia los viernes a última?

Josh asintió.

– Entonces vas con mi hermano a clase. – Dijo entusiasmada. – El pobre creía que no haría ningún amigo.

– Bueno, eso pensamos todos el primer día. – Respondió para después bajar del coche antes de que se pusiera a llover de nuevo. – Gracias por cierto, te debo una.

Madison bajó en ese momento cerrando con llave y guardando estas en su mochila.

– No me debes nada Josh, me ha encantado hablar contigo. – Le volvió a sonreír.

Pero justo cuando Josh iba a responderle, sus fosas nasales se inundaron de ese olor tan familiar, pero ahora se iba incrementando a medida que pasaban los segundos.

Frunció el ceño y Madison lo notó, por lo que puso una mano en su hombro.

– ¿Te encuentras bien?

Josh solo asintió, sin saber de qué o quién provenía ese delicioso olor.

No tardó en averiguarlo.

La sonrisa de Madison se hizo más ancha y su vista se dirigió hacia la puerta de entrada del instituto.

Josh siguió su mirada y pudo ver a un chico castaño apoyado contra la pared, con la capucha puesta y las manos en los bolsillos, llevando un aspecto bastante desenfadado.

Se trataba de un omega.

La cara de Josh cambió notablemente a una de desprecio y asco, pero lo ocultó bajando la cabeza.

– ¡Ty!

Madison casi corrió hacia él y lo abrazó, pero Josh notó como él no estaba muy cómodo.

Se ajustó su mochila y comenzó a andar hacia la entrada para dirigirse a su primera clase, pero para su mala suerte, Madison lo cogió del brazo casi arrastrándolo con ellos.

El olor volvía loco a Josh, y se dio cuenta de que provenía de aquel chico omega.

Era tan contradictorio... Quería fundirse en su olor, pero también quería matarlo allí mismo. Tal como aprendió de su familia cuando conocías a un omega.

El chico castaño lo observó de arriba a abajo, sin cambiar su posición de antes.
Su rostro estaba totalmente serio, pero en solo diez segundos analizó sus facciones una a una, como si fuera cuestión de vida o muerte el tener que aprenderse sus rasgos faciales.

Sus ojos chocaron con los suyos, y la tensión que había aumentaba por momentos. Casi como si fueran a quemarse mutuamente si se tocaban.

Ambos sabían lo que ocurría con los omegas y los alfas.

– Josh, este es mi hermano que te decía que va a tu clase.

Oh, maldición.

Josh asintió sin dejar de mirarlo, y levantó su brazo para que estrecharan las manos.

Eso no ocurrió.

– Tyler.

Eso fue lo único que respondió observando el rostro de Josh con profundidad, para después "despegarse" de la pared y comenzar a caminar hacia adentro sin siquiera obtener una respuesta de su hermana.

Madison carraspeó, pero no quitó su sonrisa.

– Lo siento, es algo tímido y prefiere que no lo molesten demasiado. – Soltó una risita incómoda.

– No importa.

Y con las mismas, Josh se alejó de Madison camino a su primera clase.

El rostro de Tyler se había quedado grabado a fuego en su mente, y difícilmente iba a poder apartarlo.
Acabaría con él...

~•~

Luna llena • Joshler ;(omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora